El presidente de Bolivia informó que ya se está conformando el equipo de trabajo y que el doctor Eduardo Rodríguez Veltzése se hará cargo como agente.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, manifestó este martes que la demanda que interpuso Chile en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya por el manantial del Silala es precipitada y tiene fines meramente políticos.
Durante una rueda de prensa, el mandatario expresó que las autoridades y políticos chilenos tienen doble moral porque primero rechazaron la competencia de La Haya cuando en 2013 ese país fue demandado por una salida soberana de Bolivia al Pacífico y ahora se acogen a su jurisdicción.
Informó además que el ex presidente y actual agente boliviano ante La Haya, Eduardo Rodríguez Veltzé, estará a cargo de la contrademanda en una primera etapa y que están conformando el equipo jurídico que asumirá la defensa del manantial.
«Nos roban y nos demandan, entonces qué clase de vecino es este», manifestó el mandatario.
En este sentido, enfatizó que no van a defenderse sino que van a hacer respetar sus derechos y reiteró que quieren ser buenos vecinos y construir una hermandad.
Además, recordó que en 1998 o 1999 las autoridades chilenas pidieron una concesión para hacer funcionar las locomotoras con agua del Silala y con eso reconocen que ése manantial es de los bolivianos porque si fuese un río internacional nunca hubiesen hecho una solicitud de ese tipo.
Ya se acabó la Bolivia invadida, ofendida, humillada y a la que le robaban sus recursos naturales, enfatizó el jefe de Estado.
Morales aseveró que Bolivia no desprecia las instituciones internacionales y que si el Gobierno chileno fuese responsable cumpliría con los mandatos de las Naciones Unidas.
En contexto
El canciller de Chile, Heraldo Muñoz, confirmó el lunes 6 de junio que su país presentó una demanda contra Bolivia ante el tribunal de Naciones Unidas por el uso de las aguas del Silala.
Muñoz explicó que la demanda tiene como objetivo que la justicia «determine que el Silala es un río internacional y que Chile tiene derechos sobre las aguas».
En abril de 2009 Bolivia y Chile llegan a un preacuerdo, en virtud del cual Santiago se comprometió a pagar por el uso del 50 por ciento de las aguas del manantial, mientras se realizaba un estudio hidrológico profundo.
El convenio entre ambas naciones nunca se cumplió y fue descartado en 2010 cuando Chile decidió interrumpir las negociaciones de una agenda de 13 puntos sobre problemas pendientes, donde se incluían los recursos hídricos compartidos.