San Luis (LaNoticia) 02-06-16. Finalmente quien fue vilmente acusada de pornografía infantil habló con la prensa. Este caso demuestra que estamos en libertad condicional.
Griselda Guerrero y su compañero de trabajo, Mario Lázaro, fueron víctimas del delirio policial y judicial, como que poco más dirigían una organización dedicada a la pornografía infantil, cuando en realidad tenía en su poder un pen drive de un amigo con fotos que ese amigo tomaba a sus hijos pequeños.
Si la policía y el juez Contravencional Bustamante Marone dejaran de ver películas policiales de bajo presupuesto, en medio día hubieran podido probar que Lázaro y Guerrero nada tenían que ver con las fotografías que tanto los `escandalizaron´ y que quien en realidad había tomado esas imágenes era Alfio Araujo, por cuanto Lázaro como Guerrero no podrían haber estado más de medio día demorados.
Con la actuación policial-judicial en este caso, la muchachada no hace más que empeñarse en darnos la razón cuando afirmamos que con el sistema imperante en San Luis, todos los ciudadanos estamos en una virtual libertad condicional. Hoy les tocó a ellos, ¿Y mañana a quién más?
“Hay mucho para decir” sobre este caso nos dijo Guerrero pero aclaró que “no seré yo quien haga un análisis político, social”.
Consultada sobre cómo se recompone su imagen pública tan avasallada por el sistema, refirió que “uno saca fuerzas de donde no tiene para salir adelante, porque la única manera que yo conozco es levantarte y seguir laburando”.
Guerrero estuvo 10 días privada de su libertad -junto a su compañero de trabajo- y hasta ayer la (In)Justicia de San Luis -en este caso representada por Bustamante Marone- ni siquiera le había devuelto su teléfono celular. No solo que no le han pedido disculpas -seguramente jamás se las pedirán-, sino que todavía no les devuelven sus objetos personales.
Carlos Rubén Capella
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