Los investigadores indicaron que los asaltantes se refugiaron en la vivienda cuando eran perseguidos por efectivos policiales luego de haber entrado a robar en un domicilio vecino y durante las negociaciones exigieron que los dejaran escapar hacia una villa del partido de San Martín como condición para liberar a la familia cautiva.
Según las fuentes, todo comenzó alrededor de las 06:30, cuando tres ladrones armados que iban a bordo de un Alfa Romeo gris sorprendieron a un hombre que sacaba su auto del garaje de su casa, situada en Tejedor y Malaver, de la localidad de Munro en el partido de Vicente López, pero la maniobra fue advertida por un vecino que llamó de inmediato al 911.
Por ese alerta, en pocos minutos dos patrulleros de la comisaría local concurrieron al lugar en momentos en que los asaltantes ya habían reducido al automovilista y a su esposa dentro de la vivienda donde tenían listos algunos electrodomésticos y otros objetos de valor para robar.
«El móvil de la zona concurrió a la casa y evitó el robo en el lugar y puso en fuga a los delincuentes. En ese momento se produjo una persecución a pie, hasta que accedieron a través de los techos a otra vivienda -situada en Alvear 2.080- . Ahí es donde se da esta situación de crisis con toma de rehenes», dijo a la prensa el superintendente de la Zona Norte de la Policía bonaerense, comisario general Julio Coradazzi.
Dentro de esa casa se hallaba la dueña, una mujer de 64 años junto a sus tres hijos de 29, 35 y 39, quienes fueron capturados por los delincuentes armados.
Ante esa situación, policías del Grupo Halcón y del Grupo de Apoyo Departamental (GAD), junto a efectivos de comisarías de Vicente López y San Isidro, rodearon la manzana para evitar la fuga de los asaltantes.
Francotiradores policiales se apostaron en distintas terrazas linderas a la vivienda donde estaban los rehenes y los vecinos quedaron encerrados, a pedido de los investigadores, en sus propios domicilios, lo que generó escenas de pánico durante el desarrollo del hecho.
En tanto, la fiscal de Vicente López Oeste, Marcela Semería, encabezó el comité de crisis que se montó en el lugar y supervisó las negociaciones a cargo de un experto del Grupo Halcón.
«Allí se inicia el protocolo de seguridad para estos casos y se custodia la zona. Se hacen los perímetros de seguridad: está la zona cero que es la espacio que ocupa toda la cuadra y los anillos perimetrales, que en este caso se hicieron tres. Además, se convoca al Grupo Halcón, que es el específico para estos casos», dijo Coradazzi tras la toma de rehenes.
Durante la negociación, los delincuentes le exigieron a la Policía que les trajeran un auto y que se les permitiera una salida controlada hasta un asentamiento de la localidad de Villa Ballester, en San Martín.
Cerca de las 11:00, más de cuatro horas después del comienzo de la toma de rehenes, los delincuentes liberaron a la hija de la dueña de casa y momentos después, el negociador del mencionado grupo de élite logró que liberaran al resto de las víctimas y se entregaran.
«Fue una entrega controlada de los delincuentes, que depusieron sus armas», Coradazzi, quien aclaró que todo lo ocurrido fue monitoreado en forma permanente por la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo.