El abogado, detenido en la causa que investiga maniobras de lavado de dinero por las que se encuentra también preso el empresario Lázaro Báez, lo solicitó al juez Casanello, quien ahora deberá decidir si la concede o la rechaza.
La defensa del abogado de Báez, apresado en Paraguay tras huir del país, pidió al juzgado de Sebastián Casanello postergar la indagatoria, pero el juez lo resolverá luego de recibir el informe del perito enviado a revisar a Chueco.
Mientras tanto en el juzgado seguía apostada la custodia de Policía Federal a la espera de la decisión definitiva sobre esa indagatoria.
Paralelamente el hijo del detenido Báez, Martin Báez y el empresario Fabián Rossi, además de otros procesados en el caso como Walter Zanzot, concurrieron al juzgado de Casanello para notificarse de esa decisión y de los embargos impuestos en su contra.
La causa estuvo bajo secreto de sumario hasta el lunes y el martes trascendió la declaración indagatoria que dio en la causa el valijero y también procesado Leonardo Fariña, incluido ahora en el programa de testigos e imputados protegidos.
En base a sus dichos, Casanello allanó «cuevas» en el microcentro porteño donde secuestró documentación que ahora es analizada en el juzgado, donde no se descartan nuevas citaciones a declaración indagatoria cuando concluyan las que acaba de ser ordenadas.
La abogada de Fariña, Giselle Robles, se presentó en el juzgado para reclamar ante un secretario por la difusión de la indagatoria de Fariña que, se le aclaró, está en el expediente.
La letrada expresó que esa declaración debía ser «reservada» en el diálogo mantenido en la puerta del juzgado con el secretario judicial.
«Espero que no le pase nada», expresó en voz alta al retirarse del lugar, que estuvo fuertemente custodiado por la anunciada declaración del detenido Chueco.
Aquí algunos textuales de la declaración de Fariña:
– “Debe entenderse como un plan sistémico cuyo objeto fue el vaciamiento de las arcas públicas mediante la obra pública. (…) Consta de cinco pasos: sobreprecio de obra pública, adelanto financiero de obra, facturación apócrifa, cohecho y lavado de activos”.
– “En el tiempo que estuve en Austral, que fue de marzo de 2010 hasta abril de 2011, me constan los estrechos contactos entre el Sr. Báez y el Sr. Kirchner como, a su vez, posteriormente a su muerte con la Dra. Cristina Fernández”.
– “Cabe destacar que con posterioridad a la muerte de Néstor Kirchner el señor Báez accede a realizar determinadas operaciones con parte de su caudal de dinero negro. Quiero acentuar que fue después de su muerte, ya que primero, parte de ese dinero había sido guardado por Lázaro pero era propiedad de Néstor y segundo porque al momento de iniciar determinadas operaciones la Presidenta de la Nación no tenía conocimiento de la existencia de algunas cosas”.
– “Me llama Lázaro que vaya a Carabelas (el pasaje donde quedaba una de sus oficinas), me atiende solo y me dice que había venido de hablar con la jefa, que es Cristina Kirchner y que le había preguntado si él estaba sacando dinero al exterior porque desde la Embajada de Estados Unidos le habían comunicado eso. A lo cual él le responde que `de ninguna manera´, pero me dice que seamos más prudentes con los movimientos. La realidad es que a diferencia de otros empresarios, más allá del negocio que tenían en común Néstor Kirchner con Lázaro Báez, Lázaro guardaba parte del dinero de Néstor Kirchner proveniente de los negocios y cuando Néstor muere, Cristina no estaba al tanto de todo lo que Báez tenía. Esto me lo contó Lázaro Báez a mí, como se lo contaba a un montón de personas. Por este motivo, los primeros movimientos de dinero al exterior se hicieron posteriores y muy cercanos a la muerte de Néstor Kirchner. Porque ella junto con su hijo fueron golpeando a los empresarios más emblemáticos amigos del marido, reclamando lo que teóricamente era de él, y ahí es donde viene el cortocircuito entre Lázaro Báez y Cristina Kirchner”.
– “Lázaro decía textualmente: `Néstor era mi amigo desde siempre. Ella no. Esto lo hice con mi amigo y queda acá´, refiriéndose a su emporio. A partir de la muerte de Néstor Kirchner también se puede ver cómo disminuyó la adjudicación de la obra pública al grupo Austral Construcciones”.
– “Fueron Lázaro Báez, Martín Báez y Claudio Bustos a la quinta de Olivos a encontrarse con la Presidenta y vinieron enojados porque les bajó la adjudicación que le había dado de palabra de la refacción y concesión de los peajes de la ruta interbalnearia (…) Ellos estaban re-calientes. Ahí deja traslucir eso de que `lo que yo hice con mi amigo es nuestro´. Mal y pronto: Cristina piensa que lo que hizo Lázaro Báez fue robarle dinero”.