Profesionales que nos dedicamos y estamos comprometidos con la seguridad vial, hemos aprendido una amarga lección: que en la mayoría de los siniestros viales interactúan entre si la impericia, la imprudencia, la negligencia y la distracciones.
Ahora bien veamos cada una de ellas:
Impericia: Falta de conocimientos en determinado arte o profesión, claramente vemos que cuando se adopta una conducta de querer conducir en zonas que no estamos preparados, tal es el ejemplo de gente que encara un viaje por alta montaña con nieve y lo que es peor, hielo en la calzada.
Imprudencia: El no tomar precauciones para evitar un riesgo o actuar en forma precipitada. Veamos el ejemplo anterior teniendo los conocimientos para manejar en alta montaña con nieve, excedemos las velocidades seguras para la conducción
Negligencia: Es lo opuesto al sentido del deber. Es decir salir a la calle con nuestro vehículo con los neumáticos lisos o en condiciones pocos óptimas.
Además de ello debemos incluir otras situaciones al conducir, situaciones comunes y que tendemos a naturalizar… como por ejemplo las distracciones, que sumado al uso de la tecnología tendemos a generar en nuestras mentes la denominada `ceguera atencional´.
Las distracciones son la causa directa o son las circunstancias que ocasionan accidentes que se registran en rutas y calles de nuestra Provincia, trátese de urbana, rural o privada; hay más riesgos de accidente por este motivo en las vías sobre todo cuando están en buenas condiciones, la distracción como factor desencadenante y concurrente ha aumentado, los accidentes provocados por desatenciones no suelen ser de los más graves, ya que se trata de salidas de vía o alcances por detrás en vías rápidas. No obstante, la diferencia entre que haya o no un accidente «es de un metro», por lo que se reclama la máxima atención a los conductores.
A pesar de estos incrementos, las autoridades no saben cómo disminuir los accidentes causados por distracción, ya que no se conocen a fondo los mecanismos que desencadenan las distracciones de los conductores. Lo que sí se conoce es que otros elementos como el cansancio, el sueño o las drogas pueden aumentar los siniestros viales.
La distracción puede ser causada tanto por elementos internos -aparatos electrónicos, GPS, cigarrillo, celular, la radio, discusión, hacer uso del maquillaje, los usuarios, etc.- como externos -anuncios, obras, paisaje, etc.- y que es más habitual distraerse, en los trayectos por ocio y durante el día. Además, hay más riesgos de accidente por distracción en las vías rápidas y autopistas, que en las carreteras locales o las ciudades.
Con el propósito de establecer y clarificar los tipos de distracciones, hemos planteado 2 tipos fundamentales:
Distracción Externa: Incluye todo lo que aparece fuera del vehículo, las climatológicas, los carteles publicitarios, obras o niños jugando.
Distracción Interna: Incluye todo lo que se encuentra en el interior del vehículo, incluso las propias condiciones y acciones de los ocupantes del vehículo y del conductor.
Situación personal en el interior del vehículo
• Estrés o nerviosismo
• Prisas
• Cansancio
• Sacar o encender un cigarrillo
• Conversar o discutir
• Mirar el Celular, smartphone o cualquier otro medio electrónico. Etc.
¿Cómo evitar distracciones?
Ahora que sabemos qué nos distrae y sus consecuencias ¿Qué debemos hacer para evitar perder la concentración cuando conducimos? He aquí unas cuantas pautas que harán la diferencia entre una conducción segura y un desafortunado accidente.
Mientras conduces, siempre debes estar atento puntualmente a dos situaciones: a lo que sucede en la vía pública y a las señales que manda tu vehículo durante el ejercicio mismo de la conducción. Con respecto a la información vial que debes tener en cuenta están: los límites de velocidad, las señales de tránsito, el estado de la vía y del asfalto (huecos, piso resbaloso por aceite u otros líquidos), autos varados o accidentados en el camino, derrumbes, desvíos, paso de peatones, entre otras.
Algunas señales que manda tu auto que debes estar chequeando con frecuencia son: velocidad, temperatura, nivel de aceite y gasolina, luces, retrovisores, entre otros. También, es importante que estés atento a cualquier desperfecto mecánico que anuncie el tablero de tu auto, pues cualquier falla mecánica puede ser la causante de un accidente en la vía.
Antes de iniciar la marcha, acomoda el asiento, ajusta el cinturón de seguridad, coloca el manos libres en el celular por si necesitas recibir una llamada, enciende las luces si se necesita, verifica que las puertas estén cerradas, ajusta el radio en la estación que vayas a escuchar o la música que desees oír con un volumen adecuado, de manera que no interfiera con que escuches apropiadamente lo que ocurre a tu alrededor, desde cualquier dispositivo (cd mp3,dvd, Ipod, etc.), acomoda perfectamente a los niños, mascotas o equipaje que vayan contigo, etc. Un conductor preventivo se anticipa a todos estos acontecimientos y evita contratiempos sobre la marcha.
Los conductores pueden librarse de la mayoría de las causas de distracción si se organizan antes de poner el vehículo en marcha. Comer, fumar y hacer llamadas telefónicas son actividades que pueden llevarse a cabo previamente. Si es imprescindible atender el teléfono o calmar a los niños, se debe, siempre que sea posible, detener el vehículo para reducir los riesgos de sufrir un accidente.
Una de las habilidades cognitivas más relevantes para el manejo de vehículos es la atención. Es por ello que los múltiples estímulos visuales y auditivos que los automovilistas enfrentan en la vía pública pueden interferir en su habilidad para la conducción.
A modo de conclusión, decimos que el cerebro está preparado para responder a estímulos novedosos como si fuera una respuesta de defensa, captando nuestra atención a un nivel de máximo alerta. De esto se deduce que la sobre abundancia de publicidades en la vía pública genera potenciales focos de distracción que desvían la atención del conductor en forma constante. Especialmente, cuando se les agregan elementos para hacerlas cada vez más llamativas, con lo cual el riesgo es aún mayor.
«La duración de la distracción se obtuvo de estudios preliminares».
«El tiempo de reacción es de 0,4 segundos en todos los casos, pero en realidad el tiempo de reacción varía con el tipo de distracción. La distracción de los conductores un riesgo no percibido».
«No lo olvides, no sólo puedes perder tu licencia de conducir o tu trabajo, arriesgas tu vida y la de los tuyos, por una simple distracción».