En sendas conferencias de prensa, ambas partes formularon precisiones a la hoja de ruta pública anunciada el miércoles en la cancillería venezolana.
Gobierno de Colombia y la guerrilla del ELN destacaron que esta negociación de paz será más abierta a la sociedad, pero no «habrá una mesa de tres patas», según el jefe de la delegación oficial, Frank Pearl, mientras los insurgentes aspiran a crear «una nueva dinámica de participación política en el país».
En sendas conferencias de prensa, ambas partes formularon precisiones a la hoja de ruta pública anunciada en la Cancillería venezolana.
En rueda de prensa en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo, Pearl y los demás miembros de la delegación señalaron que mantendrán el principio de negociaciones «en medio del conflicto» hasta que no lleguen a la firma del acuerdo final, por lo que la fuerza pública continuará defendiendo «cada centímetro del territorio nacional».
«La participación de los ciudadanos (será) en una mesa que nunca tendrá tres patas (pero) sí recogerá esas iniciativas para acordar las transformaciones que haremos en las regiones», precisó el jefe de los negociadores del gobierno.
Sobre el mismo tema, el jefe guerrillero que encabeza su delegación, Antonio García, dijo en Caracas que «un proceso de negociaciones no es un acuerdo que se firma, es un proceso que lleva tiempo y que debe incluir a la sociedad», y añadió que «el mayor interés es generar nuevas dinámicas de participación política en el país».
«No se trata de que el ELN mande un mensaje a la sociedad», al contrario, se preguntó «qué ofrecen los colombianos para fortalecer los procesos de decisión política».
«Todos tenemos responsabilidad de cómo miramos para atrás para construir un futuro que nos interprete a todos», destacó García.
Sobre la exigencias del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, de que no se inicien las conversaciones de paz hasta que no se haya liberado a todos los secuestrados, Israel Ramírez Pineda, alias Pablo Beltrán, otro representante del Ejército de Liberación Nacional (ELN), dijo que es un reclamo que sólo habla por una parte del pueblo.
«Nosotros esperamos que el presidente represente a todos los colombianos, para eso lo eligen. Cuando él reclama por una porción de los colombianos nosotros estamos en la obligación de escuchar, pero tenemos el deber de representar el dolor del resto de los colombianos», afirmó el representante del ELN Israel Ramírez Pineda, alias Pablo Beltrán.
Mencionó seis casos puntuales sobre personas secuestradas por el ELN, e indicó que sobre el patrullero detenido el pasado 20 de marzo en Nariño, al sur del país, «la orden es tratarlos bien y liberarlos muy pronto».
Por su parte, el jefe de la delegación oficial reconoció en Bogotá que «no sabemos exactamente cuántos secuestrados tiene el ELN en su poder», tras recordar que Santos sostuvo que «no es aceptable avanzar en una conversación de paz con el ELN mientras mantenga personas secuestradas».
Pearl señaló que se trabaja «para solucionar ese tema y poder avanzar en la fase pública» de los diálogos de paz.
En tanto, el general retirado Eduardo Antonio Herrera, quien formó parte de la delegación del gobierno durante los dos años de la fase exploratoria de los diálogos, y se mantiene en la actual representación pública, señaló que «cuando fue necesario comunicar al ELN el lineamiento del presidente», en referencia a los secuestros, se hizo «de manera directa y firme».
Herrera afirmó que hubo coincidencias con el ELN en que las víctimas serían «el centro del proceso» y en dialogar sobre ellas con «los parámetros internacionales referidos a la verdad, justicia, reparación y compromiso de no repetición».
El gobierno y el ELN definieron una agenda de conversaciones que serán «coordinadas» con las que mantiene el Ejecutivo con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) en Cuba, y contiene los temas de participación de la sociedad en la construcción de la paz; democracia para la paz; transformaciones para la paz; víctimas; fin del conflicto y la implementación de los acuerdos.