Turquía dijo que el autor del atentado suicida que dejó cinco muertos en Estambul tenía vínculos con el grupo Estado Islámico y adoptó la decisión sin precedentes de suspender el clásico de los clásicos del fútbol turco horas antes de que se jugara.
Con el país en alerta máxima luego de tres atentados en seis meses en su capital, Ankara, y varios más en Estambul desde enero, el partido entre Galatasaray y Fenenbahce fue cancelado por tiempo indefinido y por motivos de seguridad, informó la oficina del gobernador de Estambul.
En un comunicado publicado en su página web, la oficina del gobernador dijo que la decisión de cancelar el encuentro, el equivalente al Boca-River en Argentina, fue tomada «tras evaluar informaciones muy serias de los servicios secretos».
Medios turcos mostraron grupos de hinchas que regresaban, decepcionados, del estadio a casa, sin saber aun cuando se podrá jugar el partido.
Este sábado, un atacante suicida mató a cuatro personas e hirió a otras 30 al inmolarse en una calle del centro de Estambul, y el gobierno turco dijo que el autor del atentado tenía vínculos con el EI, el temible grupo islamista que tiene en vilo a Siria e Irak y a buena parte de Europa.
Confirmando informaciones de prensa, el ministro del Interior, Efkan Ala, dijo que el atacante se llamaba Mehmet Oztürk, un joven nacido en 1992 en la ciudad de Gaziantep, en el sureste de Turquía, y que mantenía vínculos con las redes yihadistas del EI y quizás con otros grupos.
En declaraciones ante la prensa, el ministro agregó que Oztürk no tenía antecedentes policiales ni estaba en búsqueda y captura.
Hasta el momento se ha detenido a cinco personas en relación con el atentado, agregó el ministro.
La esquina entre la calle Istiklal y la calle Balo, donde se inmoló el suicida, se ha convertido en un improvisado altar donde los transeúntes dejan flores, banderas turcas o carteles con frases de condolencia.
Entre los cinco muertos que dejó el ataque, aparte del propio autor, hubo tres turistas israelíes y un ciudadano iraní, mientras que también entre los más de 30 heridos había 11 israelíes.
El gobierno israelí comenzó a repatriar a las víctimas y recomendó a los ciudadanos del país no ir a Turquía.
«Tras una evaluación de la situación, a raíz de un agravamiento en los atentados a Turquía tanto en lugares turísticos como en otros centros multitudinarios, y a raíz del atentado en Estambul (…) recomendamos no visitar Turquía», dijo el Comité de Lucha Antiterrorista del gobierno.
Funcionarios israelíes dijeron que las víctimas israelíes empezaron a ser repatriadas en las últimas horas en tres aviones fletados por la Estrella Roja de David, una agencia privada de seguros y el gobierno.
«El terrorismo siembra muerte alrededor del mundo. Israel está en el frente de la lucha contra el terrorismo global. Esta lucha es sobre todo militar, pero no lo es menos una batalla moral», dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al comenzar una reunión de gabinete.
El ataque de este sábado en Turquía se suma a una larga lista que ha sacudido al estratégico país euroasiático y aliado de la OTAN desde mediados del año pasado, incluyendo el más letal de su historia moderna, con 102 muertos en Ankara en octubre asesinados por dos suicidas del EI.
En enero, otro atentado suicida del EI en Estambul mató a 10 turistas alemanes.
Tanto en ese caso como en el del sábado, se ignora si el atacante conocía la nacionalidad de sus víctimas o eligió de forma aleatoria un grupo de turistas como objetivo.
Desde el Vaticano, el Papa Francisco envió un mensaje de condolencias al pueblo turco en el que mostró su solidaridad y su cercanía con los heridos y con las familias de las víctimas, informó la Santa Sede.
El Papa Francisco transmitió este mensaje en un telegrama enviado al presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, firmado como es habitual por el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin.
«Su santidad, el Papa Francisco, está afligido por las muertes causadas por el atentado en Estambul el sábado por la mañana y expresa su solidaridad en sus oraciones a todos los afectados por esta tragedia», rezó el mensaje.
En Estambul, en tanto, el atentado dejó una sombría atmósfera en Estambul, agravada por el aplazamiento del partido Galatasaray-Fenerbahce, que se iba a jugar en el estadio del primero.
El diario Hürriyet aseguró que, antes de decidir su suspensión, el Ministerio de Interior y el de Deportes comunicaron a los clubes que por «un gran número de avisos de bomba» el partido debería jugarse sin espectadores, pero el Galatasaray no lo aceptó y exigió aplazar el partido a otro día.
También hay tensión en varias zonas de Turquía por la festividad kurda del Newroz, que se celebra hoy, día del equinoccio de primavera, y que a menudo desemboca en protestas de militantes de la izquierda kurda contra las autoridades.
Interior ha movilizado 120.000 policías y 80.000 gendarmes con este motivo, anunció el ministro Ala, recordando que además hay toque de queda en siete ciudades del sureste, donde Ejército y gendarmería luchan contra una guerrilla urbana kurda.
El conflicto con los separatistas kurdos, que quieren un Estado independiente en las zonas de mayoría kurda del sureste de Turquía, se reanudó en julio pasado después de dos años de tregua unilateral de la guerrilla, y desde su inicio en 1984 ha dejado más de 45.000 muertos.