El pueblo estalló en furia cuando se conoció la denuncia de una jovencita, que habría sido abusada delante de su esposo y sus dos hijos, en la localidad de Estación Pacará; Familiares y vecinos de la víctima pretendían entrar a la comisaría y linchar al presunto violador. La Policía evitó que eso sucediera y comenzó la violencia: la gente arrojaba piedras y cascotes contra la dependencia policial y los uniformados respondían con balas de goma
“Abusó de mi esposa delante mío y de mis hijos. Vi todo. Sufrí mucho al ver cómo este infeliz violaba a mi mujer. Me duele la vida”, relató, compungido y en medio del llanto, Julio (24), el esposo de la víctima.
Un hombre violó a la jovencita de 17 años en la localidad de Estación Pacará, ubicada en el Departamento de Cruz Alta. Irrumpió durante la madrugada en la casa de la víctima y amenazó con matar a todos: el esposo de ella y sus dos pequeños hijos. Más tarde, familiares y vecinos indignados fueron a la comisaría del pueblo e intentaron linchar al violador, pero la Policía reprimió violentamente la pueblada.
En complicidad con la espesa oscuridad por falta de alumbrado público en el lugar, el hombre, apodado “El Tuerto”, había forzado la puerta de entrada de una precaria vivienda ubicada a orillas de la vía del tren. “Estábamos durmiendo. Nos sorprendió y no tuvimos tiempo de reaccionar. No escuché cuando entró porque tenía la radio prendida”, narró, angustiado, el esposo de la víctima.
El intruso ató de pies y manos a Julio, le colocó un machete en el cuello y amenazó con matarlo a él y a sus dos hijos -una bebé de tres meses y un niño de un año y medio- si la mujer no se entregaba. “Abusó de mi esposa delante mío y de mis hijos. Vi todo. Sufrí mucho al ver cómo este infeliz violaba a mi mujer. Me duele la vida”, expresó, en medio de un llanto desconsolado.
El agresor abusó sexualmente de la jovencita de 17 años durante seis horas, según el relato de los familiares de la víctima. La pesadilla habría empezado a las 04:00 y finalizado las 10:00. A esa hora -siempre según los familiares- el hombre se dirigió a la comisaría y les pidió ayuda a los policías para viajar a Lastenia. Como los uniformados se negaron a trasladarlo, se quedó a almorzar con ellos en la dependencia policial.
Los familiares de la víctima dijeron que, cuando se enteraron de que el violador estaba en la comisaría, se fueron para allá e intentaron hacer justicia por mano propia. “Le dimos algunos golpes, pero la Policía impidió que lo lincháramos”, admitió Vicente Oscar, padre de la jovencita abusada.
El esposo de la víctima descartó que el agresor haya ingresado a su casa con fines de robo. “Yo no tengo nada de valor. Soy muy humilde. Dicen que lo mandaron a matarme, pero si esa versión fuera verdad, yo no estaría vivo”, agregó.
En horas del mediodía, cuando la vecindad de Estación Pacará ya se había enterado de la violación, el pueblo estalló en cólera. Se congregaron alrededor de la comisaría, donde estaba detenido el presunto abusador, para impedir que se lo llevaran a otra dependencia policial. Querían, a toda costa, hacer justicia por mano propia y lincharlo. Por eso, se levantaron en una pueblada y quemaron la casilla del individuo, que vive a 200 metros de la casa donde consumó el abuso sexual.
Más tarde, fuentes policiales confirmaron que “El Tuerto” tiene antecedentes por varios delitos, entre ellos robo y abuso sexual, por los que ya había estado preso en el penal de Villa Urquiza. “Sabíamos que este tipo era peligroso. Llegó hace poco al pueblo y siempre se lo veía portando algún arma blanca”, contó José Fortuni, otro vecino.
Represión policial
En horas de la siesta, la indignación vecinal creció mucho. Se notaba la tensión en el ambiente. A modo de protesta, los vecinos quemaron cubiertas y maleza verde en la calle. También arrojaron piedras contra la comisaría. Por eso, el jefe de la dependencia pidió refuerzos a la Unidad Regional Este y minutos después llegaron delegaciones del Grupo Cero e Infantería.
Alrededor de las 16:00, la tensión fue tal que, tras una discusión entre el padre de la víctima y el jefe de la comisaría, y ante la violencia que se intensificaba, la Policía comenzó a disparar balas de gomas contra los vecinos que estaban en las cercanías de la seccional.
La respuesta vecinal no se hizo esperar: siguieron arrojando piedras y cascotes contra la fuerza policial. Como resultado hubo decenas de vecinos heridos de posta de goma, entre ellos mujeres, niños y ancianos; y el comisario Gustavo Sbrocco sufrió una herida en su cabeza tras recibir una pedrada.
La represión policial logró extinguir la protesta. El padre de la víctima se manifestó en contra del accionar de la Policía. “Mi hija fue violada y yo tengo que recibir un balazo de goma en la cara”, expresó, indignado.
Uno de los vecinos recibió seis disparos de goma en su espalda y brazos. “Vivo al frente de la comisaría. Mirá la violencia con la que actuaron”, dijo indignado. Otras dos vecinas que participaban de la protesta también expresaron su bronca. “La Policía no debe agredir de esta manera a la gente”, afirmó Viviana Juárez. “Exigimos seguridad y mirá lo que nos hicieron. En el pueblo hay muchos niños. Esto nos podría haber pasado a cualquiera”, lamentó otra mujer.
“Lo que le pasó a esta joven da mucha impotencia. Si no reaccionamos, esto seguirá”, dijo enojado Carlos Ríos. “Sólo pido que se haga justicia por mi hija. Este infeliz tiene pagar por lo que le hizo”, lanzó Graciela, la madre de la víctima.
La causa recayó en la Fiscalía de Instrucción de la VI° Nominación a cargo de Adriana Reinoso Cuello. En cuanto al presunto violador, fue trasladado a otra dependencia policial para evitar que se repitan los disturbios.
Instalaciones rotas y un policía herido
El Ministerio de Gobierno, Justicia y Seguridad informó que, además de un policía herido, hubo roturas de vidrios, ventanas y puertas de la comisaría. “La fuerza policial debe bregar por el orden y el normal funcionamiento de la comisaría, como espacio público, evitando que se desencadenen hechos violentos”, se indicó en un comunicado, que agrega: “los efectivos policiales dialogaron con los vecinos para explicar la situación y revertir su accionar, sin lograr ese cometido”.