El ministro de Minas y Energía, Eduardo Braga, dijo que la aprobación del Senado al proyecto que termina con la participación obligatoria de Petrobras en la explotación de los campos del Presal fue el resultado de una negociación del gobierno.
Braga explicó que la aprobación del Senado al proyecto que termina con la participación obligatoria de Petrobras en la explotación de los campos del Presal, reservas en aguas ultraprofundas, fue el resultado de una negociación del Gobierno con los parlamentarios, a pesar de que el Ejecutivo defendió mantener la legislación actual.
«El gobierno tiene que ser un gobierno de diálogo. La posición del gobierno es la posición adoptada por el bloque que defendió la ley de la política petrolera, pero en una democracia, hay que tener diálogo, y lo que se demostró el miércoles es que existe un diálogo y que la articulación política del gobierno está logrando el diálogo con diversas corrientes «, dijo Braga citado por la Agencia Brasil.
El miércoles, el pleno del Senado aprobó la reforma de la legislación petrolera que le retira a la estatal Petrobras la exclusividad de la explotación de las reservas en aguas ultraprofundas y concede más espacio a la participación de las compañías privadas. El texto pasa ahora a tratamiento en la Cámara de Diputados, en donde hay mayoría oficialista, aunque el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), principal socio del PT, por ejemplo, no tiene una posición única en varios temas.
El proyecto fue aprobado después de la negociación del gobierno con los senadores para construir una alternativa a la propuesta inicial, efectuada por el senador José Serra, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que defendía el fin de la participación obligatoria de Petrobras en la explotación del Presal, pero no daba a la estatal la prioridad sobre los campos.
De acuerdo con Serra, Petrobras, envuelta en un gigantesco escándalo de corrupción, enfrenta una aguda crisis económica y no posee condiciones suficientes para realizar inversiones en el Presal. Serra dijo que lo importante es reactivar la explotación de hidrocarburos «independientemente del origen del capital» porque así se «generarán empleos y recursos para la Unión».
El texto aprobado el miércoles, sin embargo, precisa que Petrobras tendrá preferencia a la hora de operar, por lo que será la petrolera la que decida o no dicha responsabilidad.
Hasta el momento, la legislación creada específicamente para la explotación del Presal prevé la participación de al menos un 30 % de Petrobras en cualquier consorcio que produzca en estas gigantescas reservas, lo que puede ser alterado si el proyecto es finalmente aprobado en el Congreso.
Reservas estimadas entre 60.000 y 90.000 millones de barriles de petróleo fueron descubiertas entre 2007 y 2010 en el litoral de los Estados de Río de Janeiro y San Pablo, ante lo cual el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva sancionó un nuevo marco legal ahora revisado.
La ley de 2010, en cuya redacción participó la entonces ministra Dilma Rousseff, obligaba a que cualquier empresa extranjera interesada en explotar los pozos de Presal lo haga en sociedad con Petrobras.
La decisión del visto bueno a la reforma fue bien recibida por la oposición.
La decisión del Senado, que aprobó el texto con 40 votos a favor y 26 en contra, supone una derrota para el Gobierno, que ha expresado su oposición al proyecto de ley propuesto por Serra. El gobernante Partido de los Trabajadores (PT) de la presidenta Rousseff, en cambio, votó en contra del texto y lo criticó duramente.
«Estamos queriendo entregar el Presal a precio de banana para las multinacionales del petróleo, por 30 dólares el barril», comentó el senador Lindbergh Farias, del PT.
No obstante, este jueves el ministro bajó el tono a la aprobación y mencionó a los tres bloques en el Senado que tuvieron posiciones diferentes. Según Braga, uno quería mantener la política actual, con la participación obligatoria de Petrobras, otro abogó por cambios en el régimen y un tercero que defendió una solución intermedia, que fue la posición ganadora.
«Lo que el Senado votó fue un término medio entre la posición de que el bloque del PT y el gobierno defendía y una postura que flexibiliza, pero mantiene la cuestión del control del Estado y de una política estratégica del Estado brasileño y no de Petrobras en torno de la cuestión”, agregó.