El órgano ejecutivo del organismo de control nuclear de la ONU (OIEA) concluyó oficialmente sus investigaciones sobre las posibles dimensiones militares del programa nuclear de Irán y allanó así la entrada en vigor del histórico acuerdo pactado en Viena en julio pasado.
Una resolución redactada por los firmantes de ese acuerdo -Irán, Estados Unidos Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania- fue adoptada por consenso por los 35 países miembros de la Junta del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), informaron fuentes diplomáticas en la capital austríaca.
Según destacaron varias delegaciones, se trata de un «importante hito» que permitirá la pronta entrada en vigor de un tratado que garantizará que Irán no desarrolle armas nucleares y someterá a ese país a una estricta supervisión y verificación de los inspectores del OIEA.
El director general del OIEA, Yukiya Amano, destacó que sus inspectores han podido «esclarecer suficientes elementos para poder dar un análisis de la imagen completa» del programa nuclear iraní.
Ese análisis, enviado hace dos semanas a los países miembros del OIEA, concluye que Irán tuvo intentos coordinados para hacerse con un dispositivo explosivo nuclear sobre todo hasta el año 2003.
Entre 2003 y 2009 hubo todavía actividades limitadas, sobre todo a nivel de estudios científicos y de viabilidad, aunque desde 2009, el organismo ya no tiene ninguna evidencia sobre nuevos intentos.
El representante de Estados Unidos, Henry Ensher, señaló ante la Junta que el contenido de la evaluación final «no debería ser una sorpresa para la Junta, que durante años se ha ocupado de la larga historia de Irán sobre la ocultación, la negación y el engaño».
Agregó que el histórico acuerdo pactado en julio «mira hacia el futuro», aunque advirtió que la comunidad internacional «sólo confiará en que las actividades relacionadas con las armas nucleares en Irán no continuarán, si se aplica plenamente».
Con este voto favorable, se abre la vía hacia la pronta entrada en vigor del acuerdo nuclear del pasado 14 de julio.
Este prevé una limitación de diversos aspectos del programa nuclear de Irán durante un período de entre 10 y 25 años a cambio de que se levanten sanciones internacionales impuestas a la República Islámica por lo que se consideró como una falta de transparencia respecto a su programa atómico.
El tratado podría entrar en vigor a partir de mediados de enero próximo, siempre y cuando Irán cumpla con todas las exigencias.
Gran parte de la comunidad internacional, sobre todo las potencias occidentales, temieron durante más de una década que los esfuerzos nucleares de Irán tuvieran en realidad fines militares, pese a que Teherán siempre lo negó.
Tras casi dos años de negociaciones al más alto nivel político y técnico, Irán cerró en julio un acuerdo con las seis grandes potencias del llamado G5+1 para poner límites a su programa nuclear a cambio de deshacerse de las sanciones que están asfixiando su economía.