San Luis (LaNoticia) 26-11-15. En las columnas anteriores hemos visto las causas físicas que explican cómo nuestro cuerpo sufre daño durante un accidente, ejemplificado en las fracturas por impacto y el desplazamiento de los órganos internos. Médicamente, todos estos configuran el típico cuadro de politraumatismo.
Como su propio nombre indica, un politraumatismo no es más que la acumulación de diversos traumatismos. Trauma viene del griego, τραῦμα, que viene a significar herida. Es decir, un politraumatismo se puede definir de forma operativa como la existencia de múltiples lesiones en diferentes regiones del cuerpo, todas ellas derivadas de un mismo siniestro.
Se estima que cerca del 60 % de los pacientes politraumatizados corresponden a eventos posteriores a un accidente de tránsito. Está claro que el accidente es un campo abonado para el traumatismo, ya se trata de una situación en que se libera una gran cantidad de energía de forma descontrolada. Si los sistemas de seguridad no hacen su trabajo, básicamente seremos lanzados contra el interior del vehículo, sufriendo impactos en extremidades, cabeza y tórax. Además, el cuerpo está sometido a una fuerte (des)aceleración que puede afectar a todos los órganos del cuerpo.
El efecto físico sobre nuestro cuerpo, de cada uno de estos impactos y desaceleraciones ha sido el foco de atención de los primeros tres capítulos de la serie. En resumidas cuentas, y en términos llanos, los impactos pueden lastimar partes de nuestro cuerpo, y las aceleraciones pueden desplazar nuestros órganos internos.
En cuanto a la ruptura de partes de nuestro cuerpo debido a un impacto, no debemos pensar únicamente en la fractura ósea. Sin duda, es el ejemplo en que primero pensamos todos, pero los principios físicos de la mecánica de la fractura también pueden aplicarse a otras estructuras de nuestro cuerpo. Por ejemplo, los vasos sanguíneos pueden romperse al recibir un golpe. Obviamente, tras la ruptura de un vaso sanguíneo, la sangre sale de ellos. Si dicha sangre encuentra una salida hacia el exterior del cuerpo tendremos una hemorragia, en caso contrario un hematoma.
Los órganos internos también pueden recibir un golpe y sufrir daños. Normalmente, dichos impactos serán indirectos, ya sea por desplazamiento del propio órgano (como el caso del cerebro, que puede desplazarse por el interior de la cavidad craneal), o bien por el desplazamiento de otra parte del cuerpo (como la perforación de un pulmón debido a una fractura de costillas).
También son posibles los impactos directos sobre órganos directos debidos a heridas penetrantes. Es decir, cuando un agente externo atraviesa la piel y se introduce en el interior de nuestro cuerpo. Iba a poner algún ejemplo, pero la verdad es que ya se me han puesto los pelos de punta.
Definición y valoración del politraumatismo
La Asociación para el Avance de la Medicina en la Automoción (AAAM, de sus siglas en inglés) define el politraumatismo a partir de la escala AIS. La Escala Abreviada de Lesiones (Abbreviated Injury Scale) es un sistema de puntuación anatómica introducida en primer lugar en 1969, recibiendo numerosas actualizaciones desde entonces. Debemos destacar que se trata de una escala que mide el riesgo para la vida que comporta cada lesión.
La AIS define seis rangos de lesión. El rango 1 representa una herida menor, el rango 5 una lesión de consideración muy severa, y por último el rango 6 representa una herida de la cual no se puede sobrevivir. Como se observa, se trata de una escala que trata de valorar el riesgo para la vida, y no las características de la lesión en sí. Podemos imaginar que la misma lesión en diferentes zonas de nuestro cuerpo, o incluso en la misma zona en pacientes de características diferentes, pueden suponer riesgos diferentes.
Pues bien, la AAAM define que un paciente sufre un politraumatismo si por lo menos dos regiones de su cuerpo reciben una puntuación AIS superior a dos. Como pueden observar, esto encaja plenamente en la definición más intuitiva que vimos más arriba: se trata de pacientes que sufren heridas de consideración en diferentes partes del cuerpo.
Con esto, junto con lo que ya sabíamos de las entregas anteriores, ya podemos hacernos una idea bastante clara de qué es un politraumatismo y cuáles son sus causas físicas. A partir de la próxima entrega veremos cómo dichas lesiones ponen en riesgo nuestra vida.