Diez meses después de sufrir un ataque islamista, la revista Charlie Hebdo publicó una portada sobre los recientes atentados en París en la que un joven francés toma champagne que sale por orificios de bala que tiene en el cuerpo, bajo el título «ellos tienen las armas. Que se jodan, nosotros tenemos el champagne».
El joven de la tapa -provocativa al límite como es costumbre en la publicación- tiene cuatro agujeros de bala en el cuerpo, pero se mantiene en pie con una botella de champagne en una mano mientras con la otra bebe de un vaso.
«Ellos tienen las armas. Que se jodan, nosotros tenemos el champagne», dice el título de la colorida tapa.
La publicación, caracterizada por su desprejuicio y cierto perfume anarquista francés, fue un objetivo del yihadismo por sus tapas irreverentes con aspectos de la religión musulmana, incluso con el profeta Mahoma.
El 7 de enero pasado, un comando fundamentalista integrado por dos hombres ingresó a las oficinas parisinas de la publicación disparando sus ametralladoras en forma indiscriminada: mataron a 11 personas y dejaron 11 heridos. Poco después asesinaron a tiros a un policía, la víctima fatal número 12 de aquel día.
Varias de las víctimas eran la flor y nata de los humoristas e ilustradores de Europa.
No sólo Francia sino todo el mundo se paralizó ante la enormidad del crimen. El día 11 de enero, millones de franceses, entre ellos unos 40 líderes mundiales, marcharon por París para repudiar los ataques. Las manifestaciones se replicaron en otras ciudades de Francia y del mundo.