El diálogo de paz entre las FARC y el gobierno de Colombia recomenzó en La Habana con el objetivo de conseguir un acuerdo antes de marzo próximo, avanzar en el debate sobre la justicia transicional y, en términos inmediatos, declarar una tregua bilateral que sea preludio de una pacificación definitiva.
En ese sentido, las FARC aseguraron que la vía de la «justicia restaurativa» es el camino directo hacia el fin del conflicto en Colombia, un proceso que, según la guerrilla, se encuentra en un punto que demanda el «mayor respaldo y legitimidad posibles» de ambas partes.
«Superar por la vía del diálogo un conflicto que sobrepasa medio siglo implica derrotar los odios y las ansias de venganza. La justicia restaurativa es el camino para lograrlo», afirmaron las FARC en un comunicado leído por Carlos Antonio Lozada, alias de Luis Antonio Losada.
La guerrilla advirtió que «la ampliación de la democracia es lo que hará innecesaria la confrontación armada entre compatriotas», al inicio de un nuevo ciclo en las conversaciones de paz con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, que tienen su sede en la capital cubana desde noviembre de 2012.
El texto reconoce además que «algunos» de los aspectos contenidos en los acuerdos logrados en La Habana «generan inquietudes y tensiones sociales», pero insiste que un «estudio juicioso y desprejuiciado» de los convenios, corrobora que ninguno «conspira contra la estabilidad de la nación».
La firma de estos acuerdos «fortalece» al país «en la medida que se generan condiciones para que los colombianos podamos dirimir nuestras diferencias por la vía democrática», señala el comunicado. «Estamos convencidos que solo el diálogo podrá generar los puentes que demanda la reconciliación nacional», concluyeron los guerrilleros.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) retomaron las negociaciones con el gobierno, proceso que recibió un impulso en septiembre con el principio de acuerdo sobre justicia transicional y el anuncio de un plazo máximo de seis meses para firmar la paz definitiva.
Las conversaciones se acercan a los tres años este mes, con algunos logros tanto en el campo jurídico como sobre el conflicto armado, aunque ninguno es definitivo.
El alto al fuego, que según Santos podría establecerse en diciembre, sería una consecuencia del éxito bilateral en cuanto a terminar el complicado punto cinco de la agenda, que se refiere al Fin del Conflicto.
En la ronda que inició ayer y se prolongará hasta la semana próxima, se analizarán algunos «asuntos pendientes» en la agenda, según una estimación oficial.
En declaraciones el pasado fin de semana desde Bogotá, y divulgadas en La Habana, el negociador del gobierno Humberto de la Calle advirtió tener que terminar de rubricar «los elementos aún faltantes» en cuanto a justicia transicional. Sobre el cese al fuego dijo que «no se trata solo de la confrontación militar. Lo que tiene en mente el gobierno es que el cese debe implicar también la suspensión de actividades de extorsión, de narcotráfico, etcétera».
Un tercer concepto sobre esa tregua, según el negociador, es que «no puede implicar simplemente una especie de parálisis de la fuerza pública».
En esa línea, el Frente Amplio por la Paz, que aglutina a organizaciones sociales y políticas de la izquierda colombiana, anunció que viajará la próxima semana a La Habana para ayudar a que continúe el alto el fuego unilateral de las FARC, que según la guerrilla peligra por el aumento de acciones militares en su contra.
La delegación del Frente buscará «hacer un trabajo de incidencia por el mantenimiento de este cese unilateral», iniciado el pasado 20 de julio, indicó en un comunicado.
Además, esperan colaborar en el objetivo de que los negociadores del gobierno y la guerrilla «avancen hacia el cese bilateral» que las partes buscan conseguir para diciembre.
Para cumplir estos propósitos, el Frente pidió «un diálogo» con el presidente Santos, y el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, así como el apoyo de sectores políticos y sociales al alto el fuego unilateral.
La delegación que viajará a Cuba contrastará las advertencias de las FARC sobre el riesgo de no poder continuar con el alto el fuego unilateral debido a los operativos militares.