Pocas horas después de que la presidente chilena, Michelle Bachelet firmara un proyecto de ley para despenalizar el aborto tal como lo prometió en su campaña electoral, la Iglesia Católica criticó duramente la iniciativa y ya adelantó que se negará a practicar abortos en los centros de salud ligados a la Universidad Católica que otorga cobertura a diferentes sectores de la población.
«El médico podrá abstenerse de interrumpir el embarazo cuando haya manifestado, en forma escrita y previa, su objeción de conciencia, pero no podrá excusarse de realizar la interrupción cuando la mujer requiera la atención inmediata e impostergable y no exista otra persona que pueda realizarla. Igualmente, se establece la obligación del prestador de salud de reasignar a otro médico cirujano que no haya objetado en conciencia, a la mujer que requiera de la intervención», señala el proyecto de ley del Gobierno que comenzará a ser discutido en marzo en el Congreso.
En ese sentido, el rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez, se manifestó en contra al proyecto y anunció que «si hay médicos de la Red UC disponibles para hacer abortos, deberán ir a trabajar a otros lugares».
«En nuestra Red UC Christus no se harán abortos, nuestros principios y valores no van a cambiar por un determinado proyecto de ley.
En la misma línea, el cardenal Ricardo Ezzati defendió la objeción de conciencia institucional e indicó que «no se nos puede obligar a un acto que no aceptamos posible realizar».
El proyecto de ley que firmó Michelle Bachelet tiene como central el respeto a los derechos de la mujer a la libre elección y, establece, que en cualquiera de las causas, debe existir la expresión de «la voluntad libre de las embarazadas, de manera expresa, previa y escrita ante el médico».
De ser aprobado por el Congreso, podrán abortar las chilenas que tengas más de 18 años, las jóvenes entre 14 y 18 con la información previa a sus padres y las menores de 14 con la autorización de su representante legal o la aprobación previa de un juez de familia.