La presidenta de Brasil encabezó una reunión de gabinete para analizar la crisis económica agravada debido a la recesión y concluir el presupuesto de 2016 que contemplará déficit fiscal, y que será entregada al Congreso.
Rousseff condujo el encuentro celebrado en el Palacio del Planalto, sede del Ejecutivo, en el que se dio continuidad a los análisis realizados durante el fin de semana, cuando se evaluó recrear el impuesto al cheque, rechazado por industriales y banqueros.
Si ese gravamen fuera reactivado, el gobierno federal y los estados federados recaudarán unos 80.000 millones de reales (22,8 mil millones de dólares) en 2016, y así podrían implementar un presupuesto sin déficit fiscal.
Pero debido al rechazo del empresariado, sumado al de los líderes del Senado y Diputados, Renán Calheiros y Eduardo Cunha, en el gobierno prevalecían opiniones que recomendaban no apostar al impuesto al cheque, ya que en caso de enviar ese proyecto al Legislativo el gobierno pagaría un costo político, sin la seguridad de que logrará la aprobación de la iniciativa.
Según citó la agencia ANSA, el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, planteaba que era inevitable cobrar ese impuesto porque de no ser así el gobierno enfrentará déficit fiscal en 2016, situación que será sancionada con la baja del rating por parte de las agencias de riesgo. No obstante, aunque el ministro defendía retomar el impuesto al cheque, el vicepresidente Michel Temer opinaba lo contrario.
«Es extremadamente preocupante que el presupuesto de 2016 arroje un déficit», declaró el vicepresidente Michel Temer, aunque reconoció que es preferible que los números estén en rojo porque esto demostrará que el gobierno procede con «transparencia en asuntos presupuestarios, o sea ya no se maquillan más las cuentas».
«La crisis es grave y necesitamos reunificar el país», abogó por otro lado el vice durante un seminario promovido por la revista Exame en San Pablo. Esa «alianza nacional», resaltó Temer, busca la «reunificación de todos» para constituir una «base aliada y política más sólida en términos de gobernabilidad, y que ahora es muy inestable».
«No es más posible esta divergencia que vemos en las calles», subrayó el también presidente del aliado Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), principal fuerza de la coalición del gobierno, en referencia a las manifestaciones opositoras.
En ese propósito de conciliar una «alianza nacional», Temer dijo confiar en la solidez de las instituciones, que, afirmó, a pesar de la crisis, permitirán al país «salir de la crisis mejor de lo que entró».
«No tenemos crisis institucional» porque los poderes, como el judicial, «están funcionando en medio de la crisis política y económica», aseveró Temer, quien dejó recientemente la función de articulador político del gobierno que ejerció este año a petición de Rousseff.
El vice defendió el ajuste fiscal propuesto por el gobierno para enderezar el rumbo de una economía que está en recesión técnica, con dos trimestres consecutivos en números rojos y que, según las proyecciones oficiales, terminará el año con una contracción de 1,49 por ciento.
Entre los puntos del ajuste, destacó la necesidad de «repatriar o recaudar tributos del dinero de brasileños que están en el exterior, como fue hecho por Estados Unidos, Alemania o Italia», pero admitió que, en situaciones como la actual, «es dificilísimo gobernar con 32 partidos políticos» y sacar adelante los proyectos.
«Hoy no tenemos prácticamente partidos, tenemos siglas partidarias» y por eso es necesario una «reestructuración político partidaria para dar credibilidad política al país», apuntó el vicepresidente.
Por otro lado, el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper, dijo que Rousseff, «va a lograr salir adelante con su país» y resaltó además la «honestidad» de la mandataria.
«Tenemos absoluta confianza en la capacidad, en la idoneidad, en la honestidad de la presidenta Dilma Rousseff y yo no tengo ninguna duda de que ella va a lograr salir adelante con su país; estas son dificultades pasajeras que ella va a poder superar con sus capacidades», declaró Samper a la prensa.
El titular de la Unasur se manifestó sobre la crisis que atraviesa Brasil antes de participar en la reunión del Consejo Suramericano sobre el Problema Mundial de las Drogas en la capital uruguaya.