Vanesa Orieta denunció una serie de amenazas en su contra y de su familia; entre ellas, el incendio de su automóvil a principios de junio, por lo que reclamó «protección» y que «se aclare la incertidumbre que crece ante cada hecho de amedrentamiento».
En un extenso comunicado que publicó ayer a través de las redes sociales, la agrupación «Familiares y Amigos de Luciano Arruga» afirmó que «el peligro» que corren «se volvió cotidiano y también las amenazas a la integridad», situación que comenzó desde que se realizó la primer denuncia sobre la desaparición del adolescente en febrero de 2009.
Entre esos episodios, mencionaron la detención ilegal de una integrante de la agrupación en 2009; el intento de incendiar la casa de su madre Mónica Alegre en 2011; y amenazas a un hermano menor de Luciano «por un policía de civil y un uniformado que circulaban en un auto sin patente y lo venían siguiendo» en 2012, además de otros amedrentamientos a amigos, familiares y testigos de la causa a lo largo de los años.
El siete de junio, se «despertaron a la mañana con la noticia de que habían incendiado el auto (un Fiat Regatta)» de Vanesa Orieta, por lo que reclamaron «la seguridad para toda la familia y los amigos de Luciano Arruga» ya que «la situación es insostenible» y corren «peligro real», afirmaron.
Con relación al hecho, Orieta afirmó que «los bomberos dijeron que fue un incendio intencional» aunque «eso lo va definir la investigación»; sin embargo, destacó: «desde que empezamos a denunciar la desaparición de Luciano hubo hechos de intimidación en los que estuvo involucrada directamente la policía, otras que no se sabe si fue la policía o gente mandada por ellos».
«Son muchas cosas las que vienen sucediendo», por lo que le «piden al Estado por protección», que «no es cambio de nombres», destacó Orieta y aseveró: «son muchas las cosas que vienen sufriendo y necesitamos que se aclare la incertidumbre, que crece ante cada hecho de amedrentamiento».