Un consorcio del barrio de Belgrano intimó a una médica del edificio a que no circule ni permanezca en espacios comunes, bajo amenaza de perseguirla penalmente. La noticia, que circuló largamente durante todo el día, no es aislada. La discriminación encontró nuevas formas para expresarse. Haber contraído la covid-19, ser sospechoso de poder contagiarse, ser extranjero o trabajar en el sistema de salud son hoy las razones que esgrimen consorcios y vecinos indignados para escrachar, maltratar, perseguir y amenazar. Desde que se inició el aislamiento social obligatorio, más de la mitad de las consultas recibidas por el Inadi fueron denuncias por alguna situación discriminatoria en relación al coronavirus.
«Atento al ALTO RIESGO CREADO por su actividad se ha comunicado a la autoridad correspondiente la situación de riesgo generada al edificio y que, hasta tanto se tome otra medida, SE LA INTIMA A EVITAR EL TRÁNSITO Y PERMANENCIA EN ZONAS COMUNES así como tocar elementos tales como picaportes, barandas de escalera, acceder a terraza y demás elementos que ATENTO LA GRAVEDAD DE LA PANDEMIA PONGAN EN RIESGO A QUIENES HABITAN EL EDIFICIO». La nota de un consorcio de la calle Amenábar al 1500, barrio de Belgrano, estaba dirigida a una médica del edificio. “En caso omiso se le imputarán los delitos u omisiones en los que usted recayera”, seguía la nota. Aunque sorprenda, aunque indigne, el relato no es una rareza. Mientras hay mucha gente que aplaude a quienes trabajan en el sistema de salud, están aquellos que los consideran una amenaza. Todo al mismo tiempo. En Mar del Plata, Marcela Gabioud sufrió una gastroenteritis viral, pero en el marco de esta pandemia que alimenta fantasmas, sufrió agresiones y amenazas por parte de un vecino. “Desde el 18 de marzo estamos en aislamiento con mi hijo porque volvió de viaje desde el exterior. Lo llevamos con absoluta responsabilidad porque entendemos que lo que pasa es grave. No salimos ni al pasillo (vivimos en un ph)”, relató. A los diez días amaneció con fiebre y diarrea, y después de hacer las consultas pertinentes, por estar con una persona que había llegado del extranjero el SAME fue a buscarla en ambulancia. La situación fue muy difícil, “sobre todo porque tengo un vecino que es una mala persona, y ya había estado quejándose a los gritos en la puerta del pasillo sobre cómo no avisamos que mi hijo había venido de viaje, cuando no compartimos ni pasillo ni nada y es el mismo que hace año y medio me amenazó con quemar mi casa y mi auto”. Finalmente le diagnosticaron gastroenteritis y a las pocas horas de volver a la casa el mismo vecino “apareció otra vez a los gritos pidiendo explicaciones de por qué estaba en mi casa y certificado médico de mi estado de salud. ¡Qué caradurez!”, contó. Por estos días analiza hacer la denuncia en el área de derechos humanos de su ciudad.
Lo cierto es que estos relatos no son casos curiosos, sino que forman parte de un gran número de situaciones discriminatorias que se sucedieron en los últimos días, potenciadas por la covid-19.
De acuerdo a las consultas recibidas desde el 20 de marzo de 2020 a los whatsapp de guardia de la Dirección de Asistencia a la Víctima del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) –11.6492.1079 y 11.6185.3968–, el 46,46% de los llamados fue para buscar información sobre diversos temas relacionados con la pandemia y las medidas económicas y sociales adoptadas por el gobierno (alquileres, Ingreso Familiar de Emergencia, permisos para circular, situaciones de violencia, etc). Mientras que el 53,54% fue para denunciar alguna situación discriminatoria. “Estas situaciones discriminatorias estuvieron en primer lugar relacionadas con la nacionalidad y demostrarían casos de xenofobia (11%). Hubo denuncias de supermercados mayoristas que no dejaban ingresar a clientes dueños de supermercados por su origen chino, denuncias entre vecinos tanto de personas chinas como brasileñas, italianas y españolas, o migrantes más frecuentemente discriminados, como los provenientes de Paraguay, Bolivia y Venezuela”, dice un informe del organismo, y cómo no pensar en Donald Trump despotricando en Twitter contra el “virus chino”.
En segundo lugar las situaciones denunciadas tienen que ver con la discapacidad (7% de los casos) y el aumento de los malos tratos y discriminación en el marco del aislamiento obligatorio: casos de personas con discapacidad a quienes no les permiten ingresar en supermercados, o deficiente atención en obras sociales. También recibieron varias denuncias sobre el aspecto físico e insultos discriminatorios (5% de casos) más que nada en redes sociales. En los últimos días también hubo denuncias de discriminación por ser positivo en coronavirus, o aun por ser algún familiar positivo: “En algunos casos, vecinos que ´escrachan´ y acusan a personas de estar infectados, y en otros en casos personas a quienes les dio positivo el test pero que obtuvieron el alta hospitalaria. En estos casos se denunciaron insultos a estas personas y sus allegados por parte de sus vecinos”.
Según el caso, desde el organismo se busca concientizar a las personas denunciantes explicando que eventualmente todos podemos contraer el coronavirus. “Sumar discriminación a una situación de salud ya crítica de por sí resulta una actitud repudiable”, dicen desde el organismo. “Lo que hicimos fue comunicarnos con quienes llevaban adelante esas conductas de discriminación para que las conductas puedan cesar. En el caso de los escraches domiciliarios es más difícil porque el escrache ya está hecho. Con lo cual la denuncia hay que seguirla y emitir un dictamen”, explicó Victoria Donda, presidenta del Inadi, a Página12. En el caso del consorcio del barrio de Belgrano, por ejemplo, todavía no tuvieron respuesta.
“Las crisis económicas, sociales, agudizan lo peor de cada sociedad. Estas conductas de discriminación lo que hacen es aislarnos más y a la covid-19 no le ganamos aislados. Nos quedamos en casa por solidaridad no por individualismo. Argentina tiene hoy la oportunidad de ser una sociedad más justa, solidaria. Está en nosotros sacar lo mejor”, apuntó Donda, más cercana en la discusión filosófica del momento, a la visión de Slavoj Zizek, de que podemos construir una sociedad más justa, igualitari,a con otro tipos de lazos, más fraternales a partir del coronavirus, que a la de Byung-Chul Han («El virus no vencerá al capitalismo”).