Horacio Rodríguez Larreta está cumpliendo su promesa de no dar refugio a funcionarios de Mauricio Macri que se quedan sin lugar con el cambio de gobierno. Lo que viene trascendiendo de su nuevo gabinete a partir de diciembre es una combinación de los que lo acompañaron en estos cuatro años más algunas caras nuevas, que emergen de las segundas líneas. Ninguno de los funcionarios nacionales que se mencionaba terminaría en este nuevo gabinete porteño: ni Hernán Lacunza irá a Hacienda, ni volverá Guillermo Dietrich, aunque aportará alguna gente propia. Para María Eugenia Vidal, la actitud es diferente: ya se confirmó que su ministro de Justicia, Gustavo Ferrari, se incorporará, pero lo haría como asesor externo. Para Martín Lousteau, quien fue en algún momento el gran adversario de Larreta, habrá lugares en organismos descentralizados.
Larreta diseña su nuevo gabinete con dos premisas. La primera, futbolera, es un clásico: «equipo que gana no se toca». La segunda es que el gobierno porteño no será «un aguantadero» (tal es la expresión de algunos habitantes de la sede de Parque Patricios) de funcionarios nacionales caídos en desgracia. Esa última premisa es especialmente cierta para los que se referencian con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, pero también es real que, salvo algunas pequeñas consesiones, tampoco Larreta le está dando demasiado lugar a Macri. Salvo Pablo Clusellas –amigo personal del Presidente– en la Auditoría General de la Ciudad, y algún cargo menor para el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis. Son algunas excepciones por las que Macri pidió especialmente .
La gran mayoría de los cargos se repartirán entre los que ya están, con una lógica de premios para aquellas personas que están en segundas líneas y se destacaron, a los ojos de Larreta. Como señaló el periódico Perfil, Larreta además apuesta a sumar mujeres a su gabinete. Además de Soledad Acuña –que seguirá en el Ministerio de Educación porteño y deberá continuar batallando con las madres y padres que piden vacantes–, ascenderá la subsecretaria de Vías Peatonales, Clara Muzzio. Apodada «Maki», abogada y máster en Administración y Políticas Públicas en la Universidad de San Andrés, Muzzio viene creciendo hace tiempo en la órbita de Larreta. La dotó de recursos amplios para el plan de refacción de veredas: 2200 millones de pesos por año para romper y reparar baldosas. Su dependencia fue objeto de algunas denuncias por obligar a empleados a hacer campaña (que no la involucraron a ella directamente). Muzzio será ahora la ministra de Espacio Público. Eduardo Macchiavelli, uno de los hombres de mayor confianza de Larreta, continuará como ministro de Ambiente. También seguirá su jefe de Gabinete, Felipe Miguel.
La ministra de Salud, Ana María Bou Pérez, dejará su puesto para asumir como legisladora y su reemplazante será Fernán Quiróz, vicedirector médico de planeamiento estratégico del Hospital Italiano. El Ministerio de Desarrollo Humano también quedará vacante porque Guadalupe Tagliaferri asumirá como senadora. Para ese lugar no están pensando en el retorno de Carolina Stanley, sino en ascender a otra dirigente larretista: Maria «Mery» Migliore, que actualmente es gerenta del Instituto de la Vivienda (IVC). También dejará su cargo para volver al sistema financiero Franco Mocchia, el ministro de Desarrollo Urbano. A ese lugar podría ir Juan José Méndez, actual secretario de Transporte. Nuevamente, un ascenso de las segundas líneas y de una persona que responde a Guillo Dietrich, que no retornaría al gabinete porteño, pero ubicaría a su gente. Otra que podría incluirse en esa estructura es Manuela López Menéndez.
Con cintura política, Larreta hará reparto entre aliados: los radicales podrían ocupar el Ministerio de Desarrollo Económico (suena José Luis Giusti, el polémico ex decano de Ciencias Económicas) y también tendrían un lugar en el Banco Ciudad, que estaría reservado o bien para Javier Ortíz Batalla, actual director, o bien para el primo de Lousteau, el economista Guillermo Laje. El vicejefe Diego Santilli cobra protagonismo: ya controla la vicepresidencia primera de la Legislatura, con Agustín Forcheri, en lugar de Francisco Quintana, que respondía a Peña y fue enviado al Consejo de la Magistratura porteño. Además, seguirá teniendo la presidencia del Banco Ciudad, con Fernando «Turco» Elías, quien ya fue funcionario en el Ministerio de Espacio Público con Santilli y en la Corporación Puerto Madero. Y en el Ministerio de Gobierno continuará Bruno Screnci. Con los sectores de Emilio Monzó y de Rogelio Frigerio, Larreta mantiene intensas conversaciones que todavía no derivaron en ofrecimientos concretos, pero no serían algo a descartar.