Los empresarios apoyaron las medidas del Gobierno enfocadas en las pymes: un plan de pagos de 10 años de plazo y la ampliación de 6 a 10 planes permanentes. Sin embargo, cuestionan la efectividad que los cambios en los ingresos de los trabajadores puedan tener en la reactivación del mercado interno. El consumo es el motor de las pequeñas y medianas empresas, afirman, pero se preguntan si habrá un aumento real en el poder adquisitivo. Además, aseguran que faltó una medida clave: una línea de crédito especial para sobrellevar los costos financieros, con un piso de tasas de interés del 74 por ciento, y que permita financiar el salto que tendrán los insumos de las empresas tras la megadevaluación de esta semana.
«Desahogo en lo inmediato»
Cristian Caram, dueño de Madero Tango y titular del Movimiento de Pymes (Mopyme) opinó que las medidas son aliviadoras. “El refinanciamiento de deudas de la AFIP nos impacta directamente y nos desahoga en el corto plazo”, dijo a PáginaI12. Además, opinó que las otras medidas impactan indirectamente: “Poner dinero en el bolsillo de la gente se va a trasladar al el consumo y así vamos a recuperar un circulo virtuoso que hace tiempo esta frenado”. Por otro lado, consideró que el congelamiento de las naftas será clave para que no haya tanto traslado a precios con la devaluación de esta semana.
Caram fue uno de los empresarios consultados por el Ministerio de Producción y Trabajo durante esta semana. Si bien consideró que muchos de los reclamos fueron atendidos, dijo que dejaron de lado una propuesta de Mopyme para establecer un crédito para las pymes y comercios que cerraron durante el 2019. “Nuestra propuesta no tiene un costo oneroso para el Estado. Un crédito para que negocios reabran significaría menos gente desempleada y así se generaría un efecto revitalizador. No es un plan de largo plazo pero aliviaría mucho”.
Matías Bolis Wilson, economista de la Cámara Argentina de Comercio, considera que no se puede predecir qué pasará con el consumo y las ventas de las pymes a raíz de las medidas para los asalariados, que incluyen la suba del mínimo no imponible de Ganancias y la quita del impuesto a los aportes personales. “Es difícil saber qué va a hacer la gente con esa plata en el bolsillo. Depende de las expectativas que se generen con respecto al futuro. Y ahora lo único que hay es incertidumbre por tener un proceso electoral abierto. No hay manera de saber qué va a hacer el consumidor”, afirmó en conversación con este diario. Además, dijo que fue correcto que las medidas fueran por el lado fiscal, dado que el Gobierno no tiene mucho margen para bajar las tasas de interés. “Tenés que tener una tasa alta para que sea atractiva y los capitales no se vayan al dólar, lo que generaría una inercia inflacionaria”, agregó.
Dudas y escepticismo
Marcelo Fernández, dueño de una fábrica de cierres y presidente de la Confederación Empresaria de la República Argentina (Cgera). “Bienvenido este plan, aunque llega tarde porque muchas pymes ya cerraron”, opinó. Para Fernández, es clave reactivar el mercado interno y en ese sentido celebra las medidas para los trabajadores, pero teme que esta reactivación no sea tal por la devaluación. “No hay certeza de dónde irán a parar los precios. Habrá que estar más atento a qué decide hacer este supuesto mercado, en vez de pensar en la producción y el trabajo”, agregó.
Para Fernández, faltó una medida clave: una línea de crédito para poder atravesar el salto del tipo de cambio. “Todos los proveedores de materias primas están dolarizados. En poco tiempo vamos a tener que pagar los cheques, con un dólar que ya no está más en 45 sino en más de 60. Ni siquiera nos podemos cubrir aumentando los precios de venta, porque esa mercadería ya la vendimos. No se cómo vamos a hacer para reponer los insumos”, detalló.
Por su parte, Leo Bilanski, presidente de la Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo argentino (Enac), se mostró escéptico sobre el impacto de las medidas. Por un lado, dijo que además de un plan de pagos lo que se necesita es suspender los embargos de la AFIP y congelar los precios de los insumos al dólar del viernes pasado. “Así no podemos administrar la estructura de costos. Hay en juego 8000 pymes que pueden cerrar en los próximos cuatro meses”, afirmó. Además, no espera que las medidas sobre los salarios tengan un impacto sobre el consumo y el mercado interno: “Es falso que las personas van a tener más plata. Te entran más pesos, pero todo lo vas a pagar más caro, empezando por los alimentos. El poder adquisitivo no va a variar”, argumentó. Y concluyó: “A los empresarios nos acusan de poco competitivos y es el Gobierno el que es poco competitivo al momento de gobernar”.