Por efecto de los vientos, las cenizas del Calbuco llegaron de manera atenuada a la Capital y apenas se sintieron. Luego se desplazaron a Uruguay y el Sur de Brasil. En Junín de los Andes se acumularon más de 5 centímetros de polvo.
La nube de polvo emanada por el volcán chileno Calbuco pasó finalmente por el cielo de Buenos Aires, pero de manera apenas perceptible, y también llegó a las provincias de La Pampa, Mendoza, San Luis, centro y Sur de Córdoba, Sur de Santa Fe y Sur de Entre Ríos. En la gran ciudad, no hubo reportes de consecuencias en la salud de la población. Aunque la nube no es tóxica, se sabe que puede causar perjuicios en los ojos y respiratorios, pero eso no sucedió. Pasó hacia Montevideo, en Uruguay, y también al Sur de Brasil. Lo que sí ocasionó es que algunos vuelos de American Airlines, Air France y Delta con destino a Buenos Aires fueron suspendidos o desviados a otros aeropuertos de la región. Por el mismo motivo, las autoridades uruguayas también suspendieron la llegada de dos aviones de aerolíneas internacionales que debían aterrizar en el aeropuerto de Carrasco, el principal de Montevideo.
Las provincias argentinas de Río Negro, Neuquén y Chubut siguieron siendo las más afectadas por el fenómeno. Los aeropuertos de San Carlos de Bariloche, Neuquén y Chapelco (San Martín de los Andes) continuaron cerrados. Sin embargo, la dispersión de cenizas en Bariloche llevó a las autoridades a evaluar la reapertura de la terminal aérea (cerrada desde el miércoles a las 19) y la normalización gradual de los vuelos, mientras la ciudad volvía de forma gradual a la normalidad. Desde la erupción del Cordón Caulle en 2011, el aeropuerto local cuenta con equipamiento especial de medición de partículas en el aire, lo que permite elevar al Servicio Meteorológico Nacional y a la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) informes precisos para habilitar los vuelos.
El Servicio Meteorológico Nacional, a través del Centro de Cenizas Volcánicas Buenos Aires, informó que el polvo seguía sobre el Oeste de Río Negro y Sur de Neuquén; Sur de Cuyo (Mendoza, San Luis), La Pampa, y centro y Sur de Buenos Aires; Este de Córdoba, centro y Sur de Santa Fe, centro y Sur de Entre Ríos; extremo Norte de la provincia de Buenos Aires y la República Oriental del Uruguay, pero no Capital Federal y Río de la Plata.
El director de Defensa Civil de Bariloche, Pablo Cavalli, advirtió que si la nube de cenizas «sigue en esta tendencia decreciente, volveremos rápido a la normalidad», y destacó que el tránsito está habilitado «con precaución» en la Ruta Nacional 237, entre Bariloche y Neuquén.
Las clases se mantuvieron suspendidas por segundo día consecutivo en la ciudad lacustre y el panorama se agravó en Neuquén, General Roca, Cipolletti y todo el Alto Valle del río Negro, donde también se dispuso el cese de todas las actividades. El gobernador Alberto Weretilneck explicó que los mayores problemas se registraron en el sector norte de la provincia y que la nube de cenizas llegó incluso a Viedma, aunque casi sin intensidad, por lo que no provocó inconvenientes.
«La situación está totalmente bajo control, el trabajo es coordinado entre Nación, provincia y municipio, y no hay problema alguno», expresó el mandatario, y agregó que incluso hay una reserva de cinco camiones con agua, barbijos e insumos médicos, que exceden las necesidades de esta crisis y serán preservados ante otra posible emergencia.
En Neuquén, el gobernador Jorge Sapag, dijo que la nube de ceniza cayó en toda la provincia y advirtió que la ciudad de Junín de los Andes es la más afectada, con una acumulación entre 5 y 10 centímetros». Tras destacar el trabajo de vecinos de esa ciudad neuquina que participan de las tareas de limpieza, el mandatario llevó tranquilidad de que la ceniza «no es tóxica, pero es abrasiva» e informó que se distribuyen unos 200 mil barbijos y agua mineral entre los pobladores de las zonas afectadas. Acerca de las rutas, Sapag informó que se encuentran transitables pero con precaución y sobre el cierre de los aeropuertos Chapelco de San Martín de los Andes y Presidente Perón de Neuquén capital consideró que «va a llevar unos días sacar la ceniza, por lo que habrá que usar las bases aéreas cercanas».
En tanto, en Chile consideraban inminente una tercera erupción del volcán chileno Calbuco ubicado en la misma latitud que la ciudad rionegrina de Bariloche.
El último reporte del Servicio de Geología y Minería chileno (Sernageomin) advirtió que el volcán, de más de 2.000 metros de altura, está en una fase inestable y que podría arrojar lava y sugirió continuar con el alerta roja o zona de exclusión sobre un perímetro de 20 kilómetros que rodea el macizo, enclavado en la cordillera de Los Andes. «Durante el transcurso de la noche (del jueves al viernes) se registró un aumento en la actividad sísmica con registro de actividad tipo tremor (asociada principalmente a la dinámica de fluidos al interior del volcán). De igual forma se registraron 30 eventos tipo Largo Período (asociados a la dinámica de fluidos al interior del volcán). Además, se registraron 1.058 eventos tipo VT (ruptura de roca) siendo el de mayor energía un evento con magnitud local, a una profundidad de 4,5 kilómetros», señala el reporte técnico.
Las autoridades chilenas ordenaron la evacuación de unos 2.000 residentes más de Chamiza, Lago Chapo y Correntoso, localidades próximas al nevado, informó el intendente de la Región de Los Lagos, Nofal Abud, quien puso a disposición tres colegios para albergar a las familias. La medida, de carácter preventivo, intenta evitar que los habitantes queden expuestos a eventuales inundaciones por la crecida de los ríos producto de los lahares o sedimentos mezclados con agua que bajan del macizo, confirmó el ministro del interior, Rodrigo Peñailillo. Estos evacuados se suman los otros 4.000 habitantes de Ensenada, ubicada a unos 15 kilómetros del volcán, que dejaron las viviendas en la misma tarde del miércoles cuando empezó la crisis del Calbuco, la primera en 43 años.