El presidente de Francia, Emmanuel Macron, prometió este jueves recortar los impuestos pero también afirmó que los ciudadanos de su país tendrán que «trabajar más» , al detallar su respuesta a las manifestaciones de los chalecos amarillos que comenzaron en octubre de 2018.
Macron cruza el segundo año de su mandato bajo presión para calmar meses de protestas de los chalecos amarillos, que han causado estragos semanales en el país. La primera lista de medidas presentadas en diciembre por unos 10.000 millones de euros no calmó la ira entre los trabajadores de bajos ingresos.
Macron, quien ha luchado para sacudirse la etiqueta de «presidente de los ricos», tras rebajar un impuesto a la riqueza a inicios de su mandato, subrayó que quiere un «importante» recorte de impuestos a la renta y aseguró que sería financiado cerrando lagunas legales para algunas compañías.
«La mejor dirección para responder a la necesidad de justicia fiscal no es aumentar los impuestos de una persona en particular, sino reducir los impuestos de un máximo de nuestros conciudadanos, en particular de todos los que trabajan y los primeros. Jefe de las clases medias», dijo el presidente de Francia en su cuenta de Twitter.
El gasto público también se reduciría y los franceses tendrán que trabajar durante más años para aumentar las contribuciones sociales, agregó el mandatario durante su discurso. Los recortes de impuestos, que llegan en un momento en que el país lucha por mantener a raya su déficit de presupuesto, tendría un valor de alrededor de 5.000 millones de euros. Las cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) muestran que Francia tiene la recaudación de impuestos más alta del mundo, equivalente a un 54 por ciento del producto interno bruto.
«Tenemos que trabajar más, lo he dicho antes», resaltó Macron en una sala dorada del Palacio del Elíseo. «Francia trabaja mucho menos que nuestros vecinos. Debemos sostener un debate real sobre este asunto», argumentó. Si bien ha dado pocos detalles sobre sus propuestas, Macron descartó que las personas trabajen más por semana o reducir sus vacaciones.
El 20 de abril, más de 100 manifestantes fueron detenidos por la Policía de París, durante una nueva protesta de los chalecos amarillos, la vigésimo tercera consecutiva desde noviembre de 2018, en rechazo a las políticas y reformas económicas del Gobierno de Macron.