Cuando se interroga a los dirigentes políticos y, en especial a los precandidatos en este año electoral, cuáles serán sus acciones en diferentes aspectos de la vida del país, lo que realmente se les reclama es cuál es su concepción del Estado. No hay grises, o se plantea la continuidad de políticas públicas que preserven el acceso a los Derechos fundamentales de todos los habitantes de la Argentina, o se propone un prescindencia del Estado para con la Salud, la Educación, la Vivienda, el Trabajo, la política de Memoria, Verdad y Justicia. Esta última opción conllevaría a la pérdida inexorable de la autonomía del país y se relaciona estrechamente con el regreso a los condicionamientos de los grupos de poder, nacionales e internacionales.
Las transformaciones que Latinoamérica ha experimentado en las últimas décadas es el contexto construido por los diferentes gobiernos populares para el sostenimiento de la reparación de Derechos y ha generado la inclusión de los sectores populares a la vida democrática. No basta con votar, la Democracia trasciende un acto eleccionario; se construye cotidianamente con la puesta en acción de políticas de igualdad y soberanía.
Entre el 9 y el 11 de abril de 2015, se llevó a cabo la VII Cumbre de las Américas, que reunió a treinta y tres países de nuestro continente, en Panamá. Por primera vez fue invitada y asistió Cuba, luego de que se iniciara un acercamiento entre este país y Estados Unidos. El país del norte instituyó un embargo comercial, económico y financiero en octubre de 1960, como respuesta a las expropiaciones por parte del gobierno soberano de la República de Cuba de propiedades de ciudadanos y compañías estadounidenses en la isla tras la Revolución cubana. Aunque inicialmente excluía alimentación y medicinas, en febrero de 1962, Estados Unidos recrudeció las medidas y el embargo llegó a ser casi total. Sobrevino la expulsión de la OEA y otras medidas impuestas; cosa que, en el marco de la actualidad de los países latinoamericanos, ha comenzado a revertirse.
Obama se retiró tras escuchar a Raúl Castro, y antes de que hablaran Cristina Fernández de Kirchner y Nicolás Maduro, esta actitud deja entrever que ya EEUU no puede dirigir un espacio que creó para ser el “amo y señor”, allá por 1994. El discurso de Raúl Castro fue categórico en la explicación sobre la política de Washington hacia Cuba, realizó referencias históricas, enfatizó sobre las penurias que produjo el bloqueo, planteando que “el 77 por ciento de los cubanos nació bajo el bloqueo. Pero el hostigamiento trajo más revolución”. Y elogió la derrota del ALCA, la propuesta de libre comercio que “naufragó en 2005 en Mar del Plata con el liderazgo de Chávez, Kirchner y Lula”.
El decreto que del gobierno de Obama, que juzga a Venezuela como una amenaza para su país se apoderó de la mayoría de los discursos de los presidentes latinoamericanos. La presidenta argentina fue contundente: “Lo primero que hice fue reírme. ¿Una amenaza? Es inverosímil”, y proclamó que “es una pena que esta cumbre se vea ensombrecida por esa decisión. Ese decreto debe ser dejado de lado”. Nicolás Maduro, quien llevó 11 millones de firmas al encuentro, manifestó que “este decreto se mete en la vida interna de Venezuela”, aunque agregó “Le tiendo la mano, presidente Obama, para que resolvamos el tema sin intervención en asuntos internos”, para encontrar una resolución diplomática y no beligerante del tema.
No es la primera vez que no existe una declaración final consensuada, sucedió en Cartagena de Indias, Colombia, durante 2012, porque EEUU y Canadá no acordaron, en ambas ocasiones, con los ejes centrales de las reuniones. Los procesos populares que viven la mayoría de los países de América Latina, con similitudes y diferencias con nuevas herramientas de integración (Unasur, Celac y ALBA/Petrocaribe) han obligado a modificar la agenda regional y es símbolo de un cambio de época de América latina.
La realización de la “Cumbre Latinoamericana de Ciudades y Gobiernos Locales”, es el mayor encuentro del municipalismo de América Latina y el Caribe, también representa una herramienta de integración, de reflexión, construcción e intercambio sobre los grandes temas e intereses de las ciudades y los gobiernos locales, porque reunió este último fin de semana, a los representantes de los primeros eslabones de responsabilidad institucional, debatiendo, analizando y consolidando una agenda de objetivos a alcanzar para el futuro de los Municipios.
Por todas esta razones, es imprescindible la definición de los precandidatos… sus proyectos, programas y concepciones sobre los Derechos y las Políticas de Estado, a nivel nacional e internacional; representa una obligación para con los ciudadanos y el pueblo en su conjunto.
Para elegir o seleccionar un determinado candidato, partido o movimiento, la sociedad tiene el Derecho y el Deber de conocer, saber y reconocer el contenido de cada opción que se presenta.