Los minerales son imprescindibles para la vida. Tanto, que su intensa explotación los pone al borde del agotamiento. De ahí la intensa búsqueda y los nuevos métodos de extracción. Llegamos así a la mega minería o minería a cielo abierto con profundas excavaciones o derrumbes de montañas para extraer mediante explosiones grandes cantidades de roca que una vez molidas y procesadas con reactivos químicos, dan algunos kilos de mineral. Métodos éstos, de elevada capacidad contaminante.
De esto hay sobrados ejemplos en la minería del oro con el uso cianuro o mercurio. Otras modalidades son las que se emplean en Vaca Muerta para obtener petróleo y gas no convencionales.
Hasta ahora la ecuación minería – medio ambiente, viene resolviéndose en contra de este último, merced al tremendo poderío económico de las mineras multinacionales, que no ahorran en acciones corruptas y corruptoras para lograr sus muy grandes ganancias.
Hoy, San Luis está al borde de sufrir las acciones de esta minería, con muy graves amenazas a nuestros ríos.
El Litio
El Litio (Li), hoy llamado oro blanco, es clave en la fabricación de pilas y baterías que reemplazan el uso de combustibles fósiles. Se lo encuentra mayormente en forma de salmuera en grandes salinas, siendo las mayores las ubicadas en el “triángulo del litio”: Argentina, Chile y Bolivia. Un poco menos en rocas de espodumeno o pegmatitas, nunca solo y puro ya que tiene una gran capacidad de unirse a otros elementos o de disolverse en agua.
En Argentina se explotan salinas en Catamarca, Salta y Jujuy. El mineral obtenido se envía al exterior, especialmente China, para ser industrializado. Nada se hace para que nuestro recurso se industrialice aquí. Dicho esto, está claro que las compañías mineras, son todas multinacionales extranjeras.
Nuestro recurso
En San Luis se conocen desde hace años, minas que han sido trabajadas artesanalmente por pirquineros. Se da ya como espodumeno, una roca blanda con sales de varios minerales, entre ellos no más del 10 % de litio; o como pegmatita unido a cuarzo, feldespato y mica.
Las nuevas formas de exploración satelital han dado a conocer nuestras reservas a las grandes mineras, que ni lerdas ni perezosas están viendo de hacerse de ellas para explotarlas.
La Dark Horse Resources ha logrado tenencia de 34.000 ha entre Córdoba (Las Tapias) y San Luis (Totoral). A su vez la australiana Latin Resources (LR), anuncia la concesión de unas 400 ha, abarcando las viejas minas Géminis y Don Gregorio en la cima de las Sierras Centrales, en el departamento San Martín a unos 8 km de San Francisco del Monte de Oro.
Según lo publica en su web (clic acá para ingresar) tiene otras 20 concesiones más de yacimientos de pegmatita. Dice también haber logrado autorización para trabajar en María del Huerto a 20 km de Concarán. Posee también la concesión Cóndor, unas 98.000 ha, que rodea la que nos ocupa y continúa hacia el Noreste. Sabemos también de exploraciones en La Carolina y al Este de Tilisarao y Naschel.
Por ahora nos centraremos en la concesión de Géminis y Don Gregorio, que son las que amenazan nuestros ríos.
Cómo se explota
El espodumeno se extrae mediante grandes excavaciones para obtener la roca que lo contiene. Estas excavaciones son similares a las que se hacen para el oro. La Latin Resources reveló que en la Géminis encontró “niveles interesantes de litio” y trata de lograr plena explotación lo antes posible para aprovechar el boom actual del litio. Compara la Géminis con la más grande mina de litio en roca del mundo, la Greenbushes (Australia); un enorme pozo de 500 metros de diámetro y 300 de profundidad y varias prolongaciones subterráneas.
Lo que se extraiga se llevará, según información recibida, a Mendoza, en donde la Universidad Nacional de Cuyo está construyendo una planta de tratamiento, para probar un método purificador más económico y menos contaminante desarrollado por investigadores de esa universidad. Mientras, cogestionan acuerdos para procesar el mineral en algunas de las empresas radicadas en La Toma.
La concesión que reclaman es una franja de unos 20 km de largo por casi 2 de ancho, en la parte alta de las sierras, en donde harán la excavación necesaria. Un pozo así más sus extensiones en galerías subterráneas, estará en donde nacen muchas vertientes, que se convierten en arroyos que van a nuestros ríos, especialmente Socoscora, Juan Gómez, La Majada y San Francisco. De trabajarse en las otras tenencias reclamadas en la zona sufrirán también los ríos Luján, Grande, Conlara, Quinto entre otros.
Quizás la contaminación química sea baja. Pero la destrucción de vertientes y nacientes de los ríos, será permanente. Lo mismo que la destrucción del paisaje, la flora y la fauna. Es imposible saber a dónde irá el agua cuando pierde el curso logrado en miles de años.
Es vital que este peligro sea estudiado y resuelto desde la perspectiva de la vida humana, no de las ganancias de empresas multinacionales.
A quiénes afecta
Por ley provincial IX-0889-2014 se han delimitado las ocho cuencas de nuestras aguas subterráneas, con esta amenaza peligran cuando menos las cuencas Conlara, Llanura Norte y Río Quinto.
Es decir gran parte de San Luis, en donde el agua no es un recurso abundante y en donde hemos sabido padecer graves sequías, como la que ahora impacta en el Oeste provincial.
Lo que haga la minería a cielo abierto de litio no es solo problema de San Francisco del Monte de Oro y zona de influencia. Es problema provincial, por su dimensión y por la elemental solidaridad con los afectados directos.
No vale de nada, mirar para otro lado, hacer oídos sordos y decir: vivo lejos, no me toca. De sobra sabemos lo escaso que puede ser el recurso agua en el futuro y cómo se lo viene dañando. Si nos tocan el agua, la contaminan o destruyen sus nacientes y sus cursos, nos afecta a todos.
Este gobierno provincial ha desarrollado políticas importantes en este sentido construyendo diques, azudes, acueductos más la recuperación de humedales. Una política así debe continuarse con la defensa de los ríos hoy amenazados por esta minería a cielo abierto.
No dejemos solos a los sanfrancisqueños. Su lucha es nuestra.