«Si no la frenan, esta hija de puta nos va a llevar puestos a todos», gritó el titular de la cartera de Justicia, Germán Garavano, a sus más allegados en medio de un ataque de ira, tras presentar la renuncia al jefe de Estado, Mauricio Macri.
La interna en Cambiemos suma un nuevo capítulo, donde los insultos y agresiones se encuentran a la orden del día. Todo comenzó cuando el ministro de justicia aseguró que no es bueno que un expresidente vaya preso; declaración que cayó mal a la diputada Elisa Carrió, que aprovechó para arremeter contra Garavano y luego amenazó, una vez más, con romper la alianza gobernante.
Según relataron diferentes fuentes del Palacio de Gobierno a Infonews, lo que hizo estallar al ministro fue la ratificación de que Carrió avanzará con el pedido de juicio político en su contra, algo que ni siquiera la llamada que le hizo Macri este jueves logró atemperar.
«No puede ser que estemos todos atrás de la psicopatía de esta mujer», dijo Garavano ante los suyos en medio de los nubarrones que se posaron -una vez más- sobre la Casa Rosada.
En este contexto, la situación de Macri vuelve a ser la más incómoda: Garavano podría llegar a ser un fusible más que modere la crisis interna que Cambiemos vive desde que el radicalismo comenzó a sentirse un personaje secundario y, más aún, desde que Carrió juró venganza contra el sector menos reaccionario del oficialismo que acompañó el proyecto de aborto legal.
La interna está que arde y se espera cómo jugará el presidente en los días próximos. Si la chaqueña continua sus ataques todo indicaría que Cambiemos tendrá su primera escisión.