En primera instancia se debe aclarar que el marco legal —nacional y provincial— habilita el uso de cannabis medicinal con fines medicinales pero son innumerables los inconvenientes para acceder al producto. Otra de las dificultades es que sólo puede recetarse a pacientes con epilepsia refractaria, lo que deja de lado a quienes padecen enfermedades complejas.
Por tal motivo, las madres que cultivan marihuana para obtener el aceite, saben que es una actividad penada por la ley. En este sentido, Patricia Molina expuso el problema: “El eje central es la falta de respaldo del Estado y de acompañamiento médico”.
Patricia conoce muy bien el tema, ya que por la patología que padece su hijo se ha hecho especialista y ahora enseña a cultivar para luego contar con la medicina hecha en casa y cuenta: “Si tenés la suerte de tener un médico que te lo recete, además tenés que tener el diagnostico de epilepsia refractaria y por eso nosotros enseñamos a cultivar y hacer su propia medicina”.
Para esta mamá el problema fundamental pasa por la Ley Nacional de drogas “para que contemple todas las patologías y usuarios”. ¿Que pasa con Santa Fe que no reclama a Nación para ejecutar la ley nacional que prevé que el Estado tiene que brindar la droga? Se pregunta Patricia.
“Todo te obliga a estar a en un marco ilegal porque aquí el gran ausente es el estado”, se lamenta Patricia Molina que insiste en que si el Estado no va a producir, despenalice la actividad de cultivo, porque el dolor y la enfermedad no esperan”.