A pesar de la “Misa por la Vida” que encabezará el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, a pesar de que volvió a exhortar a los senadores y senadoras de fe católica a que se opongan a la legalización del aborto, miles de mujeres y hombres católicos marcharán mañana con el pañuelo verde para ampliar los derechos de las mujeres y para exigir la solución de un problema de salud pública que ya se ha cobrado miles de vidas.
La Coalición Argentina por un Estado Laico impulsa un movimiento contra la “histórica posición antiderechos” de la Iglesia Católica: una apostasía colectiva. Los bautizados, quienes hayan tomado la comunión e inclusive la confimación y no se sientan representados por la cúpula de la Iglesia Católica, podrán exigir ser excluidos de los registros de la organización religiosa previligiada por el Estado argentino. Podrán decir “no en mi nombre”.
La apostasía, el retiro de sus nombres y apellidos de los registros de la Iglesia Católica no significa renunciar a la creencia religiosa, aunque el derecho canónico que rige al Estado Vaticano la considere un “pecado grave”, castigado con una excomunión como la que adelantó el sacerdote de Resistencia Rafael de Blanco a quienes respaldaran la legalización del aborto. “La apostasía es un acto político. Para el derecho canónico significa la renuncia de la fe, pero para quien no está representado por la Iglesia es un acto de desafiliación tal como si a una edad temprana nos hubiesen anotado en un club o en un partido político con el que no coincidimos”, explicó Fernando Lozada, integrante Coalición Argentina por un Estado Laico, formada hace diez años por creyentes y no creyentes.
Lozada recordó que el “poder clerical», en la reciente historia de la Argentina, se opuso al «voto femenino, a las leyes de divorcio, de matrimonio igualitario, de identidad de género, de fertilización asistida, de educación sexual integral y de muerte digna” ya sancionadas. “La Iglesia, como institución, fue un gran obstáculo para la ampliación de derechos”, advirtió Lozada, quien subrayó que la iniciativa de la Coalición será “una forma pública de decirle a la Iglesia que no estamos de acuerdo con su intervención en el Estado”.
La Coalición Argentina por un Estado Laico ofrecerá mañana, en la carpa que instalarán en la esquina de Avenida de Mayo y Salta, 8 mil copias del modelo de carta que podrán firmar y enviar quienes decidan apostatar y completar el trámite en su parroquia, formulario en que deberán constar la fecha y la parroquia en la que se practicó el bautismo, la comunión o la confirmación.
“Más allá de mis creencias personales, fue la actitud que adoptó la Iglesia Católica argentina durante el debate por la legalización del aborto lo que me decidió a romper de manera definitiva todo vínculo formal con la Iglesia Católica Apostólica Romana”, dice la carta preparada para la apostasía colectiva convocada para mañana. El documento además lamenta que “escudándose en la supuesta legitimidad que le otorga ser la religión mayoritaria en el país, líderes católicos han buscado obstruir primero el debate público, luego el debate parlamentario y finalmente la eventual implementación de la ley”.
Quienes compartan esa posición podrán completar el formulario mañana mismo y participar del envío masivo que realizará la propia Coalición o llevarse el formulario y hacerlo luego personalmente. En caso de que la solicitud se haga individualmente, el formulario debe ser enviado a la diócesis correspondiente adonde se realizó el sacramento, que puede convocar al remitente a confirmar la renuncia o dar curso a la solicitud y consignar el pedido de renuncia en el margen del acta de inscripción original, «en ejercicio del derecho constitucional a la libertad de religión (…) no pertenecer a la Iglesia Católica Apostólica Romana, ni estar vinculado a ella de manera alguna, ni permitirle hablar en mi nombre».
La apostasía colectiva impulsada por la Coalición será acompañada por otras acciones que exigen la separación de la Iglesia del Estado, un debate cuya necesidad se hizo evidente en las audiencias sobre la legalización del aborto y que ya tiene pañuelo propio, el naranja. Al respecto, Lozada, quien fue amicus curae ante la Corte Suprema en la causa contra el gobierno de Salta por el derecho a una educación laica, resaltó: “La Iglesia mantuvo una posición antiderechos históricamente, mientras es financiada por el Estado con más de 20 mil millones de pesos anuales, de los cuales 18 mil van a la subvención de escuelas. La Iglesia sabe que pierde poder si pierde la construcción del sentido común”.