Los 1.300 habitantes de Arata están convulsionados. Telefónica reemplazará los aparatos analógicos por otros inalámbricos con tecnología IP. Los vecinos se quejaron porque no soportan el posnet ni trasmiten fax.
A casi 140 años de su invención, el teléfono fijo tradicional está siendo desplazado por las nuevas tecnologías. Pero no en todos los casos de manera beneficiosa para los usuarios. La falta de inversiones dejó virtualmente incomunicado a todo un pueblo.
Arata, en el norte de la provincia de La Pampa, es el primero que ya padece el cambio. Sus casi 1.300 habitantes se quejaron porque la empresa Telefónica les comunicó que comenzará a reemplazar los teléfonos analógicos por otros inalámbricos con tecnología IP.
Son muchos los reclamos porque el servicio es deficiente. Los aparatos nuevos son similares a los celulares, funcionan con chip y se recarga la batería. Los vecinos que ya cuentan con las nuevas terminales aseguran que se escuchan bajo, tanto en las comunicaciones como al sonar el timbre cuando recibe llamadas. Además, denunciaron que no se pueden utilizar los fax, y los comercios que comercializan con tarjetas, no les permiten la utilización del posnet para los compras.
«Nos enteramos que somos una especie de conejito de las indias, porque es la primera localidad donde se aplica, pero este mismo sistema se aplicará en las localidades donde tienen pocos usuarios», denunció la concejal Eugenia Busso.
El tema puso en marcha al Concejo Deliberante local, que junto a los vecinos damnificados, presentarán una denuncia en Defensa del Consumidor. En el medio de la conmoción, quienes sufrieron el cambio recibieron un incentivo: durante los primeros seis meses el servicio será gratuito.
En este marco, cabe destacar que según los últimos registros de la Comisión Nacional de Comunicaciones que informa el Indec, las llamadas locales hechas desde líneas fijas se derrumbaron un 44,5 % entre 2011 y 2014. Y el año pasado esas comunicaciones cayeron al nivel más bajo en al menos dos décadas.