San Luis (LaNoticia) 03-07-18. En el largo descargo sobre las acusaciones que les realizaron, no se salvó el procurador Estrada.
En la jornada de ayer, con un retraso de más de media hora, comenzó el segundo juicio político que enfrenta la titular del Juzgado de Familia Nº 2 de Villa Mercedes, Silvina Verónica Lafuente. Durante la mañana y gran parte de la tarde, se leyó la acusación del procurador Fernando Estrada y posteriormente el descargo de Lafuente, quien necesitó 107 páginas para realizarlo. Sobre la noche comenzaron a transitar por la sala los seis primeros testigos.
En la primera parte de la sesión, se leyó la acusación del procurador, quien ya nos tiene acostumbrados a acusaciones muy por arriba, sin argumentos y con pruebas más que endebles. Posteriormente se hizo lo propio con la defensa de Lafuente, quien escribió casi un libro de 107 páginas, lo que llevó más de tres horas de lectura.
Entre los capítulos de su defensa, dedicó dos a tirar duros cañonazos contra la forma de trabajar del Superior Tribunal de Justicia, siendo Lilia Novillo el principal blanco de sus dardos, asegurando que les molesta los magistrados independientes que no les responden. Otro fue para Estrada, a quien acusó de, por ejemplo, utilizar una defensora de Menores, nombrada provisoriamente, casi como para hacer inteligencia sobre ella, con un informe del cual nunca le dieron vista en su sagrado derecho de defensa. Actitud que no extraña de Estrada, quien la tiene en la mira desde el primer juicio, del que se fue con un sabor muy amargo en la boca porque no pudo con su intención de destituir a la juez poco querida en Villa Mercedes.
Una de las acusaciones que pesan sobre Lafuente, es un caso que se mediatizó en Villa Mercedes, por haberle quitado la tenencia de un chico a su madre, para dársela a su padre. En su larga defensa, informó que tomó esa medida porque la madre de la criatura era adicta a la cocaína, por lo que era un peligro para la crianza de su hijo. Cuando se leyó esta parte, hubo un gesto en Estrada como admitiendo no conocer estas causales, algo que lo deja mal parado, porque debió saber todo antes de acusar.
Entre las acusaciones se destaca mora en la resolución de sus expedientes. Sobre este tema, sería muy bueno que Estrada leyera el informe dado a conocer hace poco por diputados de la `oposición´ sobre el estado de sentencias de la primera circunscripción, entre lo que se destaca que el titular del Juzgado Civil Nº 2, Eduardo Giménez quien tiene 29 sentencias fuera de término, siendo en el segundo semestre de 2017 el poseedor del record de 127 autos fuera de término. Sería bueno preguntarle a Estrada por qué no se interesó en este caso dentro de su `preocupación´ por la lentitud de algunos jueces o si hay que ver si el juez tiene un buen `padrino´ o `madrina´ -como el caso de Giménez-, algo que hace que ni se intente llevarlo al Jury. Otro caso fue el `poio de Uría´ Javier Solano Ayala, quien fue el campeón de las prórrogas debido a su eterna mora, y quien lejos de sentar frente al Gran Jurado, se lo premió con un ascenso a camarista.
Entre otras acusaciones, se destaca una en donde Lafuente tardó demasiado tiempo en resolver un Hábeas Corpus sobre un menor detenido en una Comisaría, caso en el cual según el propio procurador, le cupo la misma responsabilidad a Lafuente y a la juez Penal que intervino en el caso. Ahora la gran pregunta para Estrada sería: Si hay dos jueces que son responsables de algo irregular ¿Solo le cabe llevar al Jury a una sola?
No se puede dejar fuera de análisis, que se sostiene que Lafuente no hacía el trabajo que solo a ella le correspondía, dejando esa tarea en las Secretarias, lo que lograba que éstas se retrasaran en sus tareas propias. Sobre este tema ¿No correspondería, también, sanciones a las tres Secretarias por no denunciar esta actitud y en tal caso por no resistirse a hacer lo que no les correspondía? ¿Durante cuánto tiempo las Secretarias hicieron, si es que así fue, este trabajo que no les correspondía?
Carlos Rubén Capella
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