A pocos días de que se trate el proyecto por el aborto legal, seguro y gratuito en la Cámara de Diputados de la Nación, grandes multitudes ganaron las calles y plazas de las principales ciudades del país. San Luis, no fue la excepción.
Las bajas temperaturas del lunes 4 de junio no impidieron que miles de mujeres, trabajadoras y trabajadores, jóvenes y estudiantes salieran a las calles y coparan las plazas de las principales ciudades de la Argentina en un nuevo aniversario de la convocatoria denominada “# Ni Una Menos”.
Esta vez, el grito por el aborto legal, seguro y gratuito resonó fuertemente en todas las movilizaciones, convirtiéndose en la principal reivindicación de la jornada. También hubieron demandas y exigencias al Estado contra la violencia de género, mayor presupuesto para combatir esta problemática, la implementación efectiva de la Ley de Educación Sexual Integral en los establecimientos educativos, entre otras.
En la Ciudad de San Luis, la convocatoria contó con la participación de cientos de personas y de diversas organizaciones de mujeres, sindicales, políticas y sociales, entre ellas, la agrupación de mujeres “Pan y Rosas” y el “Partido de Trabajadores por el Socialismo” / “Frente de Izquierda y los Trabajadores” (PTS/FIT).
A diferencia de los años anteriores, el “Ni Una Menos” del 2018 estuvo atravesado por la profundización de la política de ajuste del gobierno nacional de Macri y los gobernadores en las provincias, por las negociaciones abiertas con el “Fondo Monetario Internacional” (FMI) tras la corrida del dólar y, lógicamente, por la proximidad del cierre de las audiencias públicas y el inicio del debate en el Congreso Nacional sobre la legalización del aborto.
Las mismas mujeres que sufren las peores consecuencias de la clandestinidad del aborto son las que más sufren la crudeza de las políticas neoliberales que descargan Macri y los gobiernos provinciales (como el de Alberto Rodríguez Saá) sobre el pueblo trabajador. Los tarifazos, la inflación, los bajos salarios y la precarización laboral golpean duramente a las mujeres trabajadoras y de los sectores populares que son las más pobres entre los pobres y las más explotadas entre los explotados.
Por eso, la herramienta de la movilización es fundamental. En este caso, contra la violencia hacia las mujeres, contra los empresarios que amasan fortunas a costa de la vida de las trabajadoras y los trabajadores en las fábricas y demás lugares de trabajo, contra las políticas de ajuste de los gobiernos, contra los tarifazos, contra el pacto con el FMI, y por el no pago de una deuda externa fraudulenta. Para ello, lo mejor, es la organización, la confianza en las propias fuerzas, las movilizaciones en las calles, y la exigencia de un paro activo y plan de lucha nacional a las conducciones sindicales.
Si bien en las instancias como el “# Ni Una Menos” de este año participan diversas organizaciones y también diferentes concepciones del feminismo, lo cierto es que viene siendo cada vez más mayoritaria la idea de que el horizonte feminista no es ocupar “igualitariamente” con los varones las estructuras de poder de la sociedad capitalista, sino que, con múltiples diferencias y debates, el Norte está puesto sobre la emancipación y liberación colectivas del conjunto de la clase trabajadora y los sectores populares, es decir, la lucha por otra sociedad en la que se revolucione todo y en la que no haya opresión ni explotación.
Al menos, tales son los objetivos de “Pan y Rosas” y el PTS con Myriam Bregman y Nicolás Del Caño como principales referentes.
Por Johana Gómez – Referente provincial del PTS – Frente de Izquierda