El dólar cerró en 20,84 pesos, con una suba de 29 centavos. Se trata del mayor aumento diario en lo que va del año. Y ocurrió a pesar de la fuerte intervención del Banco Central, que vendió en la plaza cambiaria 853 millones de dólares. La entidad ya sacrificó reservas internacionales por más de 3000 millones en la semana y se quedó sin argumentos para justificar la tensión con el dólar. Primero había dicho que los inversores estaban equivocados respecto de cómo se iba a mover la tasa de interés. Después aseguró que había un exceso transitorio de demanda de divisas porque los fondos extranjeros salieron del país para no pagar impuestos a la renta financiera. Pero hoy subió fuerte la tasa de interés en el mercado secundario, ya se terminó el plazo para vender Lebac sin pagar impuestos y las presiones del dólar siguen en alzan. Las corridas no son racionales y el Central no encuentra la vuelta para frenarla.
El organismo a cargo de Federico Sturzenegger confiado que la venta record de 1472 millones de dólares del miércoles iba a calmar al mercado decidió no intervenir en las primeras horas de la jornada. La respuesta de los inversores, lejos de moderar la demanda, fue intensificar las compras de divisas. La suba de la cotización mayorista, que superó los 20,50 pesos, obligó a la autoridad monetaria a realizar otra fuerte intervención en la plaza. Para el mercado la dolarización de activos se volvió una espiral muy complicada de parar. “La consigna es aprovechar ahora a comprar todo lo que se pueda por debajo de los 21 pesos. Ese es el nuevo piso del dólar”, le explicaron a este diario en una importante financiera de la city. Para los inversores el Central está regalando divisas a estos precios.
En las últimas 8 semanas se vendieron casi 5000 millones de dólares para tratar de contener la corrida. El record fue ayer cuando se sacrificaron 1472. Los que salieron favorecidos de esta intervención fueron los grandes fondos de inversión del extranjero, que se desprendieron de 45.000 millones de pesos de las Lebac para comprar dólares e irse del mercado interno. Lo hicieron a un precio del dólar al menos 10 por ciento más barato respecto del que tendría la divisa sin la manipulación del Banco Central.
La autoridad monetaria se encuentra en una encrucijada. Si deja subir el precio del tipo de cambio genera más problemas inflacionarios y si lo mantiene sacrifica dólares de las reservas a un ritmo insostenible. El Central desesperado parece haberle pedido un permiso especial al Gobierno para aplicar su plan B: dejar subir la tasa de interés. En el mercado secundario de Lebac el rendimiento de estos instrumentos saltó de 26 a casi 29 por ciento. El problema es que ahora los fondos del exterior tienen que pagar Ganancias por comprar estos títulos e incentivarlos para mantenerse en las letras requiere una tasa todavía mayor.
La dolarización de activos, más allá de las tasas y los impuestos, responde a otros problemas estructurales. La Argentina necesita, según cálculos del Fondo Monetario Internacional, unos 30 mil millones de dólares de deuda por año hasta 2023 para cubrir los desequilibrios macroeconómicos. Se trata de una cifra muy elevada. Una cosa es endeudarse a ese ritmo por 2 años y otra cosa bien distinta es hacerlo por casi una década. Los inversores ante estos números abren el paraguas y prefieren evitar el riesgo.