A pocos días del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, el clima de organización y lucha ya se puede sentir en todo el país y en las principales ciudades del mundo.
Este 8M nos encuentra en medio de una gran crisis por parte del gobierno nacional de Mauricio Macri. La caída comenzó el 18 de diciembre del año pasado, día en que hizo Ley el saqueo a los jubilados, a pesar de que miles de personas se manifestaron en todo el país contra la reforma (estafa) previsional. Siguió cayendo con los tarifazos, los escándalos mediáticos con funcionarios como Jorge Triaca (del Ministerio de Trabajo) y la gran ola de despidos. Y lo sigue haciendo de tal manera que el 42% de la población evalúa negativamente el desempeño gubernamental de “Cambiemos”.
Camino a un gran Paro Internacional de Mujeres
Si las mujeres queremos parar el mundo por nuestros derechos, tenemos que ponernos de pie junto con los trabajadores que quieren vencer las políticas neoliberales de Macri y los gobernadores.
Para esto es preciso que nos organicemos en nuestros lugares de trabajo y estudio, debatiendo y votando en asambleas los pasos a seguir para que las centrales sindicales y los centros de estudiantes garanticen la participación de todas y todos en las movilizaciones, convocando a un paro general activo en apoyo a nuestras demandas.
Los derechos se conquistan en las calles
El Día Internacional por los Derechos de las Mujeres no es un día para celebrar. Es una conmemoración por todas las compañeras que salieron a las calles poniendo sus cuerpos en una histórica lucha por conquistar los derechos básicos e indispensables que la sociedad capitalista y patriarcal les negaba. Muchas de ellas fueron madres solteras cabezas de hogar, trabajadoras y estudiantes que reclamaron por la reducción de la jornada laboral, por el aumento de los salarios, por mejorar las condiciones de trabajo, por la salud y la educación pública, por el derecho al voto, por terminar con la opresión para no ser explotadas desde el nacimiento hasta la muerte. Las mujeres de la actualidad seguimos levantando las mismas banderas, sumando el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, la real implementación de la Ley de Educación Sexual Integral, un Plan Nacional de Emergencia contra la violencia de género, igualdad salarial por hacer el mismo trabajo que los varones, entre otras. Nadie ni ningún gobierno no han regalado ni nos regalarán nuestras reivindicaciones. Por eso, la mejor manera de conquistarlas es estando organizadas y movilizadas de forma permanente.
San Luis no es “otro país” para nosotras
Los aberrantes casos de femicidios y violencia de género ocurridos en la provincia en los últimos años han demostrado el desinterés por parte del gobierno provincial para combatir este flagelo.
La Secretaría de la Mujer no pasa de ser una mera migaja gubernamental que se limita a recibir denuncias de violencia y a hacer un limitado seguimiento de los casos con recursos profesionales y asistenciales completamente escasos, que no llegan a defender ni contener a las mujeres que solicitan ayuda.
Esto se complementa con la desidia de un gobierno que viene destinando menos del 0,2 % de su presupuesto anual para temas de violencia de género; menos del 0,02 % para los programas de asistencia, seguimiento y capacitación a las víctimas; menos del 0,002 % para las políticas de salud sexual y reproductiva; y que además no aplica la Ley de Educación Sexual Integral como tampoco se ha adherido al Protocolo Nacional para la Interrupción del Embarazo por causas terapéuticas.
¿De dónde venimos?
Desde las trabajadoras del algodón de Manchester del 1853, las textiles de Nueva York de 1857, las Sufragistas del Reino Unido y las obreras textiles, también de Nueva York, que protestaban por las penosas condiciones de trabajo y que, en 1908, fueron asesinadas en un brutal incendio ocasionado por el dueño de la fábrica como respuesta a la protesta.
Desde las trabajadoras textiles de Lawrence, Massachusetts, que iniciaron en 1912 la lucha histórica bajo la consigna de “queremos el pan, pero también las rosas”, impulsando comités de huelga y comedores comunitarios para los hijos e hijas de quienes sostenían la pelea, y conquistando el reconocimiento y la participación de las mujeres en los sindicatos, el aumento de los salarios y la reducción de la jornada laboral.
Desde las obreras textiles de Petrogrado, Rusia, que en 1917 tomaron las calles reclamando “pan, paz y libertad”, liderando una huelga que abrió el camino de la primera revolución triunfante de la historia del movimiento obrero, la Revolución Rusa, que tiró abajó el Régimen Monárquico Zarista e instauró un gobierno de trabajadores.
Desde las trabajadoras de Pepsico, Argentina, que en 2017 se enfrentaron a la brutal represión de la policía de María Eugenia Vidal para defender sus puestos de trabajo. O también, desde las trabajadoras de Lear que resistieron el amedrentamiento y los despliegues represivos de la Policía Bonaerense, la Federal y la Gendarmería en manos del kirchnerismo para exigir la reincorporación inmediata de todos los obreros despedidos por esta multinacional.
O desde tantas otras, no menos importantes, que marcaron y marcan la historia de la lucha de las mujeres a nivel mundial.
¡A las calles por nuestros derechos!
Para que este 8 de marzo se escuche nuestro reclamo de «Ni Una Menos» sin trabajo, por aborto clandestino y por todas las formas de violencia de género que se ejerce sobre nuestros cuerpos, es necesario que nuestra organización se extienda, se multiplique y se fortalezca en un gran movimiento de lucha, independiente de todos los sectores que garantizan nuestra situación de opresión, desde los partidos de los empresarios y las instituciones del Estado hasta los gobiernos de turno y la jerarquía de la Iglesia.
Un poderoso movimiento de mujeres que avance en la perspectiva de una sólida alianza con las miles de personas que en los últimos años han hecho propia nuestra bandera de lucha y, particularmente, con todas las trabajadoras, los trabajadores y las/os estudiantes que luchan actualmente contra el ajuste y la represión del macrismo y los gobiernos provinciales.
Esto es lo que se propone el “Partido de Trabajadores por el Socialismo” (PTS) y su Agrupación de Mujeres “Pan y Rosas” con la invitación a marchar este 8 de marzo por las calles de la capital puntana junto a otras organizaciones sindicales, políticas y sociales, concentrando a las 18 horas en el Correo Argentino.