El ministro de Economía descartó el planteo de Blackrock, uno de los principales fondos con bonos argentinos, que solo postergaba el pago de intereses.

“No estaba ni cerca de proveer el alivio que la Argentina necesita para restaurar la sostenibilidad de la deuda”, fue el análisis del ministro de Economía, Martín Guzmán, sobre la primera propuesta alternativa que presentó el fondo acreedor Blackrock. En una entrevista con el Financial Times, el funcionario confirmó que continúan las negociaciones. Según la documentación difundida por el Palacio de Hacienda, el fondo pretende que se respeten los valores nominales y tasas de interés sin ningún tipo de quita y solo suma cuatro años a los vencimientos. «Supone que Argentina solo tiene restricciones de liquidez a corto plazo», señalan desde Economía y reiteran que es un problema de solvencia.

Este lunes por videoconferencia, los asesores legales de unos 20 fondos que tienen deuda argentina, organizados en tres agrupaciones, expresaron su rechazo a la oferta argentina por “desequilibrada e injusta”. «Estamos listos para comprometernos constructivamente con Argentina cuando su gobierno esté listo para hacerlo, con el objetivo común de encontrar una solución viable a los desafíos financieros actuales del país», fue el mensaje principal del comunicado.

Guzmán les contestó que estaban a tiempo para hacer una propuesta alternativa. «Si los tenedores de bonos tienen un enfoque diferente que se adecúe a esas limitaciones, deberían presentar una propuesta específica», ratificó este lunes en un comunicado.

Blackrock, uno de los mayores tenedores de deuda emitida durante el gobierno de Cambiemos, presentó una contrapropuesta. La oferta incluye la emisión de nuevos títulos «por un monto igual al principal más los intereses impagos y en la misma moneda que los Bonos Existentes (es decir, sin quita de capital)». La tasa de interés para cada serie de nuevos bonos será la misma que las existentes.

La oferta supone un alivio parcial y decreciente del cupón en efectivo durante los primeros cuatro años antes de volver a los niveles contractuales y una compensación del alivio del cupón con pagos en especie y una ampliación de cuatro años del plazo de vencimiento para los bonos cuyo vencimiento sea antes de 2028. «Esta propuesta era básicamente incompatible con el marco macroeconómico de las Autoridades y no reconocía la necesidad de un alivio de flujo de efectivo a largo plazo para garantizar la sostenibilidad de la deuda pública de Argentina», opinó Economía.

Según detalló Guzmán en la entrevista del Financial Times, el problema es que no incluyó ni reducción del capital ni del pago de intereses. «Fue sólo una reprogramación de los pagos de intereses equivalente a una reducción de la deuda de 8 por ciento (al valor presente)», señaló el funcionario.

Con los acreedores se viene trabajando desde 24 de marzo, a partir de reuniones del equipo económico con cada uno de los tres grupos ad-hoc de acreedores autoconvocados (el Grupo de Tenedores de Bonos, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo de Tenedores de Bonos de Canje), así como acreedores seleccionados que solicitaron participar.

En declaraciones a la agencia internacional Reuters, aseguró que todavía se está trabajando para acercar las partes. La fecha límite para manifestar la aceptación a la propuesta es el próximo viernes. Guzmán sostuvo que no está en los planes originales una postergación de esa fecha, pero en su entorno habían adelantado esa posibilidad y llevarla al 22 de mayo. Ese día se vence el período de gracia para el pago de los intereses de tres series de bonos Global que están incluidos en la reestructuración de la deuda. 

«Hubo un compromiso positivo con algunos acreedores en los últimos días. Otros han decidido no comprometerse y no aceptar nuestras invitaciones para reunirse. Algunos acreedores ya están expresando su conformidad con la oferta y hay tiempo para acordar una resolución sostenible con el resto de nuestros acreedores”, señaló Guzmán a la agencia. 

La propuesta de canje por nuevos bonos nominados en dólares y euros y vencimientos en 2030, 2036, 2039, 2043 y 2047. La propuesta incluye tasas de interés crecientes que van desde 0,5 por ciento anual hasta niveles que no superan los cinco puntos porcentuales para ningún plazo. Las quitas alcanzan hasta el 12 por ciento de valor nominal en dólares y a 18 por ciento en euros para las emisiones del macrismo, las más concentradas en vencimientos. En intereses habría una reducción de 62 por ciento.