«Lo político correcto, lo incorrecto y la clandestinidad«.

:“No nací feminista, me fui haciendo feminista, junto a la lucha de un montón de pibas, de les pibes…” Noelia Aguilar Moriena, integrante de Socorro Rosa San Luis: “Con una ILE, (Interrupción Legal del Embarazo), logramos muchísimo, con una IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo), vamos a aceitar mucho más el sistema de salud público y los ámbitos donde tenga que transitar una persona para interrumpir su embarazo”. María José, testimonio de una muerte evitable: “le hicieron un aborto con una aguja de tejer, tenía 16 años, la obligaron a abortar, murió tres días después”.

Ayelén Mazzina, secretaria de la Mujer, Diversidad e Igualdad

San Luis 12/01/2021

Escribe: Susana Dromi, periodista esp.en género

País justo

 “En un país justo, las niñas no son madres”, propuso la campaña de las Socorristas en Red, lema que vino a interpelar e impactar directo sobre el hartazgo social de presenciar niñas obligadas a parir para el goce de la maquinaria de re-producción capitalista heterocispatriarcal y de los mandatos religiosos.

La mar nunca estuvo serena como coreamos alguna vez en nuestras infancias.  El cónclave feminista derrapó las arenas del reloj, transformó las calles en mareas. Océano verde, vestigio de hogueras y huellas de décadas que indicaron el camino y en particular, el campo de acción.

La dantesca deuda social: evitar muertes evitables de los cuerpos gestantes, comienza a ser saldada, en el contexto histórico, social y político de un gobierno peronista, territorio de un país donde prevalece el catolicismo y al mismo tiempo, frente a la figura política de un Papa argentino en el Vaticano.                                            Fuerte dato de historización para el combate librado.

Re-pensar la imagen de miles y miles de manifestantes feministas frente a las catedrales en los ‘Encuentros de Mujeres’, re-alimenta esa imagen grabada a fuego en la memoria colectiva: la represión policial, las corridas, los cánticos de clamor, las bombas de estruendo, los gases lacrimógenos, las heridas, las ausentes, las historias de vida sometidas, truncas y el poder. La situación de uno y el otro lado de las vallas; tan distantes y cercanas, el reclamo de derechos frente a los anti-derechos. Tan cruento como la obligación de maternar siendo niñez. Domesticarse para no morir.

Sin dudas, el feminismo argentino abre un recorrido para la impronta latinoamericana, justo al cierre de la década de la clandestinidad abortera.

En tanto, la cruzada separatista estado-Iglesia es ya el incipiente próximo apogeo, sino pensemos: ¿qué estado sanciona el aborto voluntario por encima de la des-aprobación de la Iglesia? ¿qué estado legisla manifiesta libertad sobre la potestad de los cuerpos sobre sí mismos, muy a pesar de ese poderío?

O preguntémoslo mejor, ¿qué Iglesia o conglomerado católico prioriza el derecho a decidir y el derecho la vida de los cuerpos gestantes? ¿qué estado legisla por sobre el arcaísmo de esas bases siendo de mayoría católica? más aún, frente a una figura mundial y universal como la de un Papa -en este caso argentino- ¿será acaso la Iglesia la que devenga en el accionar de nuevos paradigmas?

Sin dudas, el estado argentino lo hizo. Separó las cuestiones del rigor religioso de las de salud y las legitimó en uno de sus atributos de gobierno, en la verde vigilia.

“Hablamos de una decisión que veníamos tomando en absoluta soledad”, Mazzina

 “No es casual que esta ley se pueda sancionar bajo un gobierno peronista, porque en las bases de nuestro movimiento y de los movimientos democráticos, está el oír, oír a las calles, oír a las pibas y oír a les pibes,” asegura Ayelén Mazzina, secretaria del área de la Mujer, Diversidad e Igualdad en la provincia de San Luis, menciona la experiencia junto a Eugenia Catalfamo, -senadora nacional por San Luis del bloque del Frente de Todos- en el Congreso, el 29 de diciembre, que simbolizó la lucha colectiva, sin dudas.

“Las mujeres y las personas gestantes siempre decidimos y mantuvimos autonomía sobre nuestros cuerpos, en argentina existían los abortos clandestinos, hablamos de una decisión que veníamos tomando a veces en absoluta soledad, lo que no teníamos era el marco legal para que esa autonomía y esa decisión sea tomada en libertad y desde la seguridad. Al aborto lo conquistamos hace tiempo, lo sacamos del closet. Faltaba darle formalidad institucional.”

Mazzina, menciona con emoción,  algunos nombres como el de Dora, Lohana, Nelly, Martha, y habla de la ‘cuarta ola’ replicando a Lu Peker, en su libro ‘La Revolución de las hijas’ y haciendo alusión a esa juventud combativa que está decidida a seguir ampliando derechos.

 “Creo que esta ley va a ser una bisagra para nuestro país y para todas las personas gestantes porque justamente viene ampliar la justicia social”.

Desde lo personal político Mazzina, advierte que no nació feminista, “me fui haciendo feminista, junto a la lucha de un montón de pibas, de les pibes, entendiendo que como decía Eva Perón, donde hay una necesidad hay un derecho y hoy y hace mucho tiempo tenemos la necesidad de terminar con muertes evitables”, sentencia.

Clandestino y cuidado hasta su implementación

Por otra parte y a pocos días de la votación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, las activistas, aborteras, entienden que los horizontes se van ampliando en la conquista de derechos, en una conquista no menor, porque tiene que ver con la autonomía de las cuerpas de personas con capacidad de gestar y también de abortar.

“Los avances en derechos son conquistas colectivas de luchas incesantes pero hay algo contundente; ‘la marea verde en las calles’ trascendió las fronteras, llegó a toda Latinoamérica y al mundo, y de allí -como dicen nuestras compañeras mexicanas- es que somos faros en la creatividad, en la alegría, en luchar por un tema ligado a lo oscuro, a lo triste, a la muerte, a lo clandestino, a lo no nombrable.

Y nuestra impronta desde Socorristas en Red, fue la de mostrar la otra cara de los abortos, que tiene que ver con que no todo es culpa o tristeza, sino que hay acompañamientos amorosos, que tienen que ver con cumplir deseos, el deseo de no ser madre, de no maternar, de no gestar, de no parir en un momento no deseado y de lograr de manera colectiva, de manera acompañada, cuidada, la concreción de ese deseo”.

Cabe destacar en este punto que, ‘Socorristas en Red’, es una red establecida de acompañamientos en abortos feministas existente en todo el país, desde hace 9 (nueve), años. Red, de la que es parte Socorro Rosa San Luis, nos cuenta Noelia Aguilar Moriena, integrante de ésa colectiva.

El socorrismo no es tarea sencilla, y ha debido auxiliar y acompañar abortos clandestinos, cuestión que se seguirá  materializando hasta la completa implementación de la nueva ley.

“Con una ILE, (Interrupción Legal del Embarazo), logramos muchísimo, con una IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo), -que es recién el piso, falta un montón por recorrer- vamos a aceitar mucho más el sistema de salud público y los ámbitos donde tenga que transitar una persona para interrumpir su embarazo.”

Las Socorristas, están convencidas que esta ley no hubiese sido posible sin los activismos, sin las prácticas políticas que fueron direccionadas en múltiples sentidos, y en distintos espacios, la articulación con las agrupaciones de bases, con instituciones estatales, con organizaciones institucionales y en todos los frentes.

La nueva etapa de trabajo radica en velar por el recorrido para que los derechos no sean truncos, no existan demoras, no se imposibilite su implementación una vez reglamentada. “Conquistamos este derecho y ahora la lucha será por la correcta y adecuada implementación”, cierra Aguilar.

 Ximena, en el recuerdo colectivo: otra muerte evitable

Emocionada y atravesada por las contradicciones, María José recuerda a su amiga Ximena, es llanto de alegría y le dedica la sanción de la ley, por otro lado revive el dolor hasta las lágrimas por esa vida que fue otra muerte evitable. Compañera de curso en el 2005 en plena adolescencia  una vida  truncada a los 16 años de edad.

“En el 2005, inicié mi camino hacia entender la necesidad de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, hace 15 años, y esto nos atravesó a los 16 años. Ella, Ximena murió a los 16.                                              Doy gracias a esta juventud activa, atenta, luchadora, a la posibilidad de información de las redes sociales, a que por fin se haya logrado la aprobación de la ley y que no se repita esta historia donde tu amiga, tu compañera de banco muera en la clandestinidad.”

 Ximena, no tuvo posibilidad de decisión, fue en ese momento un familiar político quien la condujo a realizar un aborto, el que no fue seguro, ni cuidado, ni sin riesgos, por el contrario, le habrían realizado la práctica con una aguja de tejer.

“El día antes de mi cumpleaños se enteró que estaba embarazada, yo le dije, festejemos, y después vemos; sin embargo, en ese después vemos, pasaron un montón de cosas. Ella me había contado la idea de no tenerlo, y eso me dejo muy mal y hable con una tía, que me dijo las palabras justas, las palabras con las que bregué todo este tiempo; ‘si de verdad ella está decidida a no tenerlo, que hable con la mamá y que se lo haga de forma segura, que le diga a la madre que es quien puede llegar a convencerla de que está todo bien o ver que se lo haga de la forma más segura que pueda’.

Fueron esas palabras, las que al día de hoy, yo quisiera haberle transmitido, las llevo como un estandarte. Fui corriendo a la casa de mi amiga a decirle, y para cuando llegué era tarde. Ella, me contó que ya se lo había hecho. Yo le quería contar a la madre a los gritos, y ella me pidió por favor que no dijera nada. Ahí me contó que se lo habían hecho con una aguja de tejer. Fue horrible todo.  Ojala nunca te tengas que hacer un aborto y si debieras hacerlo que sea de la forma más segura que se pueda. La ví el miércoles y el sábado falleció por un paro le habían perforado el útero.                             En el mismo velorio, me llevó un móvil policial. Debí enfrentar un proceso judicial. Cómo nos juzgan y condenan a nosotras las mujeres…”

María Jose, asegura que ella y sus amigas/os, esperan hace 15 años, sea ley. Es hoy un sueño cumplido. Fue liberarla a ella, Ximena, de todo esto. 15 (quince) años de aprendizaje y espera, al fin se hizo realidad.