San Luis (LaNoticia) 17-10-16. Las noticias judiciales en el ámbito penal de estos días pasados se empeñan en demostrar la realidad que en el Poder Judicial niegan.
Ante una simple denuncia de un rico y famoso, la (In)Justicia no dudó un solo segundo en actuar en su favor –hacé clic acá para ver el archivo-, mientras que desde hace años, esa misma (In)Justicia se viene negando a juzgarlo por un hecho de tránsito donde se cegó la vida de un joven y casi se destruyó la de una joven.
Esta historia trata del rico y famoso médico esteticista Sergio Lombardi, quien ante un escrache sufrido en su consultorio, inmediatamente denunció como responsables a los padres de Lucas Lucero y ante esto el juez Bustamante Marone sin siquiera buscar una sola prueba, con la sola denuncia, decidió dictar la exclusión a los padres de Lucas respecto de Lombardi. Según el fallo vergonzoso de Bustamante Marone, los Lucero no se pueden acercar a 300 metros de donde esté Lombardi, aun cuando sean ellos quienes hayan llegado primero, por ejemplo, a un espectáculo público. A raíz de esto, los Lucero denunciaron a Lombardi por falsa denuncia, pero claro, el rico y famoso es Lombardi y la denuncia de los Lucero dormirá el sueño de los justos en cualquier Juzgado donde quiera el destino que llegue.
El 8 de septiembre de 2013, en Juana Koslay, Lombardi protagonizó un hecho de tránsito que provocó la muerte de Lucas Lucero y heridas graves a Daiana Ojeda. Cuando a Lombardi se le hizo el alcohotest éste arrojó positivo por encima del permitido para conducir y según peritajes habría pasado el semáforo en rojo, pero la (In)Justicia sigue esperando que pase el tiempo. Luego del hecho de tránsito, la ex esposa de Lombardi, camarista del Poder Judicial ella, recorrió la Comisaría Quinta, sin lugar a dudas intentando traficar influencias, a punto tal que mágicamente desapareció el testimonio de un testigo clave que confirmaba el paso en rojo de Lombardi como su supuesto estado de embriaguez, testimonio que debido al escándalo que suscitó la noticia, apareció tan mágicamente como había desaparecido. Cuando ese testigo concurrió a tribunales, se convirtió en el testimonio más confiable porque no tuvo ni una contradicción. A pesar de eso, nada hizo la (In)Justicia para poner las cosas en su lugar.
Hace pocos días, en otro hecho de tránsito, un conductor colisionó una motocicleta produciendo la muerte de su conductora, una auxiliar de policía. Tal vez porque ese conductor no es ni rico ni famoso, contra él se dictó la prisión preventiva a cumplir en la Penitenciaría local, la cual todavía está siendo efectiva a la espera de una resolución judicial que la confirme o la revoque. Nada de eso pasó con Lombardi, ni un solo segundo estuvo detenido, ni siquiera en una Comisaría, mucho menos en el Servicio Penitenciario Provincial, lugar que evidentemente está destinado para quienes no son ni ricos ni famosos.
En definitiva, ante un hecho gravísimo porque hay una muerte de por medio, la (In)Justicia lleva tres años haciendo nada para descubrir la verdad y actuar en consecuencia porque hay un rico y famoso en el medio; pero cuando la denuncia la hace ese mismo rico y famoso, esa misma (In)Justicia no se toma tiempo para buscar pruebas y dictamina a favor del denunciante sin más.
Esto indigna y con mucha razón, porque a estos jueces los mantenemos con nuestros impuestos entre todos, aún los pobres.
Carlos Rubén Capella
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