Miles de empleados públicos paralizaron sus actividades el jueves y marcharon por la principal avenida de la capital en protesta por el 2,9 % de reajuste salarial ofrecido por el gobierno de Michelle Bachelet frente al 7,5 % demandado por los funcionarios.
La policía no entregó de momento cifras sobre cuántos trabajadores marcharon, aunque se observaron más de cuatro cuadras colmadas de manifestantes que portaban pancartas con alusiones a sus demandas y en medio de grupos artísticos que bailaban o tocaban tambores y otros instrumentos musicales. Raúl de la Puente, presidente de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales, dijo que al paro convocado por 24 horas adhirió el 90 % de los trabajadores del sector, que aglutina a funcionarios de hospitales, de centros de urgencia, impuestos internos, aduanas y ministerios, entre otros.
De la Puente dijo que con el 2,9% ofrecido por el gobierno «esto va encaminado derechamente a un conflicto…y si hay conflicto, hay movilización».
La inflación pronosticada para 2016 fluctúa entre 3,1 a 3,5 %, por lo que el 2,9 % ofrecido no permite recuperar el poder adquisitivo perdido. Esteban Maturana, líder de los trabajadores de la salud, advirtió que si no se satisfacen las demandas habría nuevas movilizaciones «más duras y complejas».
El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, afirmó que el gobierno no tiene más dinero, mientras el vocero oficial Marcelo Díaz señaló que las autoridades hicieron «una contra-propuesta realista, responsable en el marco de las posibilidades que nos permite el presupuesto del próximo año».
Los funcionarios del sector público chileno bordean las 900.000 personas, incluidos civiles y militares.