Hace cuatro años me enteraba que tenía cáncer de mama, tras haber visto esta situación en mi entorno familiar, entendí que se supera si hacemos a tiempo dos cosas: por un lado los estudios preventivos que debieran ser de rutina y concebidos como parte cultural y natural de cuidado personal y por otro lado, cuando se diagnostica, convertir el miedo en energía para hacer lo que disponga nuestro médico.
Y de aquí la reflexión que pude procesar ante mi diagnóstico, que quiero compartir, no desde la psicología, sino desde mi perspectiva simple y personal. Cuando me lo informaron, me tiritó todo el cuerpo y me corrió ese frío por la espalda que no anuncia ningún augurio bueno -pero en el tiempo, porque no lo vi en ese momento- advertí algo simple pero que tiene que ver con el resultado final de todo: la acción positiva ante una reacción negativa. Obviamente, cuando me enteré sentí miedo, bronca, dolor, me hice miles de preguntas en un lapso de segundos y sobre todo ¿Por qué yo? Parte de esa actitud primera ante el diagnóstico que no deseamos.
Pero hice algo inconsciente, -que repito, me di cuenta en el tiempo-, pregunté inmediatamente QUÉ TENGO QUE HACER PARA SALIR DE ESTO? Y sin dudas esa actitud, de inercia, de hacer, la hice porque estaba informada y porque en mi entorno familiar pude observar que actuando y teniendo actitud, ganas, impronta y fe desde tener un mínimo de saber; se sale adelante.
De aquí mi insistencia de desdramatizar los mensajes tanto para prevenir como para curar -una cualidad en la comunicación sobre el cáncer que debiera existir en todos los aspectos-; desde la invitación a prevenir y de cómo disponernos hacer lo necesario para sanarnos, cuando ya entramos en la denominación de pacientes oncológicos.
Pero aún en el tiempo en el que vivimos, me he encontrado con que muchos dicen que no hay que decir que tuviste cáncer, en lo personal creo que hay que hablarlo no para victimizarse sino para que otros vean que se puede seguir andando y que no hay que asociar la palabra muerte a la palabra cáncer. Gracias a que en mi familia de esto se hablaba, cuando me dijeron que lo tenía, pude tomarlo de otra forma e hice los controles a tiempo, que me permitieron accionar a con más celeridad.
Por eso desdramatizar los mensajes, hablar sobre qué es el cáncer, cuáles son los tratamientos, qué debemos hacer para prevenir es la mejor manera de que no se llegue a tenerlo. Y si lo tenés, poner actitud para aliviar la situación para uno mismo como para la familia y quienes te rodean.
Reitero, no voy a negar que me angustié, que se me cruzaron mil cosas por la cabeza. Pero el día que me lo dijeron si bien se me corrieron las lágrimas lo primero que pregunté es qué había que hacer, porque sabía que se podía hacer.
Nadie es superado en estos temas, pero hay que pensar en uno primero, aunque parezca egoísta, para poder pensar en los hijos y en la familia y tener fe.
Hay que accionar no reaccionar. Y para eso debemos saber:
¿Qué es el cáncer?
*No es solamente una enfermedad, es un grupo de enfermedades. Surge cuando las células de alguna parte del cuerpo comienzan a crecer sin control. Aunque existen muchos tipos de cáncer, todos comienzan debido al crecimiento de las células anormales.
*Asume por lo general, la forma de un tumor. Algunos tipos de cáncer, como la leucemia, no forman tumores, sino que estas células cancerosas afectan la sangre y los órganos que producen la sangre y circulan a través de otros tejidos en donde pueden crecer.
*Con frecuencia, las células cancerosas viajan a otras partes del cuerpo donde comienzan a crecer y a reemplazar el tejido normal. Este proceso se llama metástasis. Independientemente del lugar hacia el cual se propague el cáncer, siempre recibe el nombre del lugar en el que se originó. Por ejemplo, el cáncer de seno que se propaga al hígado, aún será referido como cáncer de seno, y no de hígado.
*No todos los tumores son cancerosos. Los tumores benignos (no cancerosos) no se propagan a otras partes del cuerpo (no hacen metástasis) y, salvo muy raras excepciones, no representan un riesgo que ponga la vida en peligro.
MIENTRAS MÁS HABLEMOS, COMPARTAMOS TESTIMONIOS, DESDRAMATICEMOS, MÁS VAMOS A PREVENIR Y MENOS ENFERMOS ONCOLÓGICOS VAN A VER. TENEMOS QUE INCORPORAR LOS ESTUDIOS PREVENTIVOS, COMO INCORPORAMOS DISTINTAS CONDUCTAS EN LA VIDA.
VIVIANA ANTONUCCI
Periodista de San Luis y Paciente Oncológica
Te invito a darle ME GUSTA –haciendo clic acá– a mi página Prevengamos el Cáncer – Viviana Antonucci
Mail: vivigemela@gmail.com