La sesión del Senado de ayer escuchó los testimonios de la acusación y de la defensa, que elevaron el tono para pedirles a los senadores votar para cada una de sus posiciones, mientras que en las calles los movimientos sociales bloquearon accesos en San Pablo con quema de neumáticos con la consigna «Fuera Temer».
El abogado de Rousseff, José Eduardo Cardozo, hizo un pedido a los senadores, previendo una votación que se pronostica irreversible, que «tengan en cuenta en el peso de la historia y la conciencia de quien condena a alguien inocente».
Si Rousseff es destituida, será el fin de 13 años del gobierno de los Partido de los Trabajadores (PT), que había llegado al poder en 2003 con Luiz Inácio Lula da Silva, que impulsó reformas sociales innovadoras y motorizó el ascenso social, pero la fuerza de izquierdas se transformó en ejes de escándalos de corrupción, como el Petroleo.
El vicepresidente en ejercicio desde el 12 de mayo, Temer, del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), negoció hasta ultimo momento con senadores para que no haya sorpresas, ya que el interino espera que haya 60 votos, 6 más de los 54 necesarios.
Por otro lado, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva hacía los últimos intentos, durante un almuerzo de trabajo con Rousseff, con llamadas a senadores, para convencerlos de cambiar el voto, teniendo en cuenta que a inicios de agosto el Senado acogió la denuncia con 59 votos contra 21, un resultado del cual se espera algo parecido hoy.
Si Temer es confirmado, será la tercer vez que el PMDB ostente la jefatura del Estado, aunque nunca lo hizo por el voto directo: la fuerza, que domina el Congreso desde 1985, eligió a José Sarney por la vía parlamentaria tras la dictadura militar y gobernó con Itamar Franco entre 1992 y 1995, siendo este vicepresidente del renunciante Fernando Collor de Mello.
Rousseff, de 68 años, defendió el lunes su biografía, su pasado de presa política por luchar contra la dictadura y clamó su inocencia por los delitos de responsabilidad que se le atribuyen: tres decretos para redistribuir el presupuesto y las llamadas «pedaleadas fiscales» para usar dinero de los bancos públicos y subsidiar el plan agrícola 2015.
Mientras el Partido de los Trabajadores y sus aliados denuncian un «golpe parlamentario», la base de Temer, encabezada por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) de Aecio Neves, derrotado por Rousseff en 2014, ya cantaba victoria por anticipado en los corredores del Senado y remarcaba que el juicio político es un proceso constitucional.
Lágrimas en pro y contra de Rousseff durante juicio político
Por su parte, Janaína Paschoal, jurista que abrió el juicio contra la presidenta de Brasil, le pidió, entre lágrimas, «disculpas por sufrimiento causado a Rousseff.
La abogada y jurista que abrió el juicio político, Janaína Paschoal, pidió perdón «por el sufrimiento causado» a Dilma Rousseff, presidenta apartada de sus funciones durante el proceso, considerado como un golpe de Estado por el Partido de los Trabajadores (PT).
Tras proferir un duro alegato contra Rousseff este martes, al reanudarse la sesión, la jurista finalizó pidiendo «disculpas a la señora presidenta. Sé que la situación que está viviendo no es fácil».
A pesar de las lágrimas derramadas y sus palabras de perdón, Paschoal aseguró que «no le pido disculpas por haber hecho lo que hice».
Paschoal, acusada por el PT de recibir pagos del Partido de la Social Democracia de Brasil (PSDB), que perdió las elecciones presidenciales en 2014, llegó a invocar a Dios en la tribuna del Senado.
«Fue Dios quien hizo que varias personas, al mismo tiempo, se dieran cuenta que estaba sucediendo en nuestro país», aseveró la abogada.
Igualmente, dijo que «sufrió» pidiendo el impeachment de la primera mujer presidente de Brasil. «Si hubiera sido un hombre igual hubiera pedido el juicio», dijo Paschoal en referencia a la acusación de misoginia hecha por la mandataria Rousseff.
Alrededor de una hora duró el discurso de Paschoal quien llegó incluso a llorar al final de su intervención. «Me disculpo porque sé que a pesar de todo, mi objetivo no era causarte dolor. Rezo para que Dilma se de cuenta de que lo hice pensando en sus nietos».