El presidente norteamericano Barack Obama sostuvo que ni Washington ni ningún otro gobierno de la región deben «mantener silencio» sobre lo que ocurre en Venezuela, y se desdijo del decreto en el que había declarado al gobierno de Nicolás Maduro como «una amenaza» para la seguridad nacional estadounidense.
Las declaraciones de Obama fueron hechas un día antes de viajar a Panamá para participar, hoy y mañana, en la VII Cumbre de las Américas. También se refirió a la relación entre la Casa Blanca y Cuba: «Hemos visto un aumento en el contacto entre el pueblo de Cuba y Estados Unidos, y el entusiasmo del pueblo cubano hacia estos cambios demuestra que vamos por el camino correcto», aseguró.
Según Obama, tras el histórico anuncio de normalización de relaciones hecho en diciembre, los diálogos bilaterales emprendidos con Cuba constituyen «las negociaciones más intensas y de más alto nivel de las últimas décadas» entre los dos países.
Además, insistió que su Gobierno y el de la isla siguen teniendo «diferencias significativas» sobre asuntos relacionados con los derechos humanos, y agregó que EEUU «siempre apoyará los valores universales como la libertad de expresión y la libertad de asamblea».