La nueva oferta argentina para reestructurar su deuda implica una mejora para los bonistas y le otorga mayores ventajas a los primeros que se decidan a aceptarla, quienes podrían comenzar a cobrar en septiembre de 2021. Sin embargo, la quita que podría obtener el país alcanzaría los U$S 30.000 millones, en el caso de que los acreedores acepten la oferta.

De acuerdo al documento oficial, a Valor Presente Neto (VPN), la proporción será de U$S 53,5 por cada U$S 100 de valor nominal para los bonos emitidos durante el gobierno de Mauricio Macri; y de U$S 59,5 para los títulos de los canjes de 2005 y 2010. El plazo de adhesión será hasta las 17 (hora de Nueva York) del próximo 4 de agosto, según informó el Palacio de Hacienda.

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La negociación de la deuda comenzó con Argentina ofertando 40 centavos por cada dólar de deuda mientras que la primera propuesta que los acreedores le hicieron al país fue de 75 centavos. De esta manera, los acreedores habrían cedido 17 centavos, más que lo que Argentina mejoró su oferta.

Esta nueva oferta implica un esquema de pagos con un cupón promedio de 3,2% (contra el 6% actual). La primera  implicaba un alivio de 41.500 millones de dólares, mientras que el actual se reduce a 30.000 millones

Sin embargo, el esquema de pagos se plantea seguir entre el período 2020-2046, lo cual garantizaría el concepto de «sostenibilidad» que tanto pregonó el Gobierno de Alberto Fernández.