El jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, y el gobernador bonaerense Axel Kicillof se reunirán el lunes a las 9 en la sede de Gobierno porteño para discutir una estrategia coordinada para la siguiente fase del aislamiento obligatorio, después del 17 de julio. En ambos gobiernos existe la idea de que debe haber, como mínimo, un regreso a las condiciones previas al 1 de julio. En la Ciudad tienen la idea de una reapertura progresiva. Hay tensiones para que no haya una descoordinación entre ambos distritos. Todo está supeditado al seguimiento de los números de contagios, muertos, camas ocupadas en terapia intensiva, mientras la pandemia sigue en su pico.

El encuentro entre ambos mandatarios será el previo a otros que seguramente tendrán con el Gobierno nacional. La idea es que lleguen con algo más o menos acordado. De las conversaciones de este diario con integrantes de ambos gobiernos surge que hay una idea común de que habrá un retorno a un escenario de menores restricciones al último endurecimiento de la cuarentena. No obstante, en la letra chica se juegan las diferencias. Desde el Gobierno bonaerense insisten en que la estrategia debe seguir siendo conjunta de todo el AMBA y, si bien en la gestión de Larreta no niegan esto, plantean que puede haber matices según la situación de cada distrito.

Larreta viene siendo presionado por el ala dura del PRO para que priorice la economía. También por la recaudación porteña, que cae junto con al actividad. El ex presidente Mauricio Macri dijo en su reaparición la semana pasada que se debía equilibrar la salud pública con «la salud laboral». También la dirigente Elisa Carrió le planteó un ultimátum a Larreta cuando se hizo el último anuncio. En un comunicado, le reclamó al jefe de Gobierno «que este sea el último gran esfuerzo que se le pide a la sociedad» y le planteó que se despegara de la provincia: “No es justo ni sanitariamente estratégico que la Ciudad tenga que atar su plan de salida ante la ineficiencia en la aplicación de políticas públicas de salud y seguridad que todos observamos en la gestión de la pandemia por parte de Axel Kicillof”. En ese contexto político se mueve Larreta.

Los datos duros

Las decisiones que deberán tomar el gobernador bonaerense y el porteño se dan sobre un fondo de datos duros: el promedio de contagios escaló por encima de los tres mil casos a nivel país y sigue por encima de los 1000 en Ciudad. Se incrementó un 22 por ciento en el promedio nacional. La cantidad de muertos también escaló un 33 por ciento (hasta 48 en un solo día).

El parte del domingo de la Ciudad indicó que hubo 1433 casos diarios, contando residentes y no residentes. Y 18 muertos. El índice de letalidad promedio del coronavirus es del 1,87 por ciento sobre los positivos. Se incrementa cuatro veces a partir de los 60 años (4,6) y después de los 70 años es del 9,6.

El otro factor a considerar es la tasa de duplicación (cuanto tardan en duplicarse los contagiados): según los datos del viernes pasado, en la Ciudad se tarda 26,46 días en duplicar los positivos, mientras que en provincia de Buenos Aires ocurre lo mismo en 17,76 días. Esto marca dos realidades diferentes, pero interconectadas (el 48 por ciento de las personas que trabajan en la Ciudad provienen de la provincia de Buenos Aires, según la dirección general de Estadísticas porteña).

El discurso de Larreta y sus funcionarios viene apuntando desde hace días a una posible reapertura. Indican que la tasa de contagiosidad (R) estaría por bajar de 1, que era el objetivo para empezar a abrir. Incluso circuló un borrador –a través del programa de Jorge Rial– de cómo serían las distintas etapas de las reaperturas planeadas por la Ciudad: las primeras incluyen el regreso de los runners y salidas con niñas y niños todos los días. Eso sí, sin fechas establecidas.

El encuentro

Las discusiones entre Kicillof y Larreta han formado parte de los encuentros para definir las siguientes fases de la pandemia: antes del último endurecimiento, el gobernador bonaerense planteó que la situación sanitaria no dejaba más alternativa que restringir, pero Larreta se resistió todo lo que pudo. Finalmente, acordó dar marcha atrás con el cierre de 70 mil negocios no esenciales y con volver a los runners a su casa. Previo al encuentro en el que terminaron de acordar eso, Larreta había viajado a La Plata para participar de una conferencia de prensa con Kicillof y dar el mensaje político de que seguían coordinados. Atrás parecieron quedar, por lo menos de momento, las críticas de funcionarios bonaerense a las reaperturas porteñas.

El nuevo encuentro será mañana en la sede del Gobierno porteño en Parque Patricios. Kicillof llegará a las 9 para analizar nuevamente los indicadores y evaluar qué hacer después del 17. Si bien en el Gobierno bonaerense hay mucha cautela por ver cómo evolucionan los números de la pandemia esta semana, hay un espíritu de que a partir del 18 de julio habrá una fase menos restrictiva que la actual. «Soy optimista», había planteado Kicillof.

«De mínima, un regreso a antes del 1 de julio»; se imaginan cerca de Kicillof. «Vamos a plantear dejar el transporte público como está y mantener un control férreo de los accesos a Ciudad, pero abrir comercios no esenciales y aflojar algunas actividades», indicaban desde la provincia de Buenos Aires, donde ponen el énfasis en que las reaperturas deben ser coordinadas. «De todas formas, no vemos espíritu de ruptura en la Ciudad», indican.

“Si todo va en los números sanitarios que pensamos, podríamos volver a retomar la fase en la que estábamos antes paulatinamente. –indicó el vicejefe porteño Diego Santilli– Lo antes que se pueda, en términos sanitarios, volver a la mayor normalidad posible, entendiendo que la normalidad hacia adelante seguramente sea distinta».

En el Gobierno de Larreta, en tanto, evalúan un escenario similar, aunque hay una urgencia mayor por responder a cierta base electoral y a las presiones de los dirigentes y reabrir, que habrá que ver si se concreta en los hechos. «Yo creo que van a acordar grandes líneas generales y que cada uno aplicará en particular algunas cosas de manera distinta», imaginaban cerca de Larreta, donde insisten en la situación de la Ciudad es distinta a la de la provincia. Allí se plantearán seguramente las tensiones: cuán diferentes serán las reaperturas. La discusión empieza el lunes.