Hasta el pasado 13 de agosto en San Luis no existía la pobreza, ni el hambre y, mucho menos, persecuciones políticas.
San Luis era La Pedrera, autopistas y Wifi gratuito para todos.
¿Hambre y pobreza?
¡Por favor; eso era para las provincias “pobres del norte del país” y para provincias mal administradas!
En San Luis no; de eso no se habla; eso no existe; eso es el mensaje de los opositores “traidores” que buscan que la provincia sea ridiculizada.
Pero, como plaga caída en Egipto, luego del 13 de agosto, y por arte de magia, aparecieron los merenderos (no voy a decir merengueros relacionando al asno que así los llamó porque sería caer en la broma fácil y sin sentido) para paliar el hambre. Sí señor, esa hambre que no existía hasta ese día.
Todo ello coronado de cinismo disfrazado de autocrítica y de hijos que preguntan:
– ¿Papá por qué no te defendés?
Pero, para coronar la ridiculez y falta de autocrítica, el hambre (ese que se busca subsanar en los merenderos) tiene día y hora: Martes, Jueves y Sábados a la tarde.
Y aquellos que ponen un merendero en su casa reciben como contraprestación la suma de $ 7.500 y quienes colaboran, la de 2.500.
No voy a definir el término “demagogia” ya que, presumo, es por todos conocidos; pero he aquí una definición fáctica del término.
¿El hambre puede saltearse días?
¿Es de buena gente poner merenderos para combatir un hambre que hasta hace un mes no existía?
¿Qué hacemos los lunes, miércoles, viernes y domingos con los nenes que tienen hambre?
Mi viejo, en su sempiterna sabiduría callejera, decía:
TRAIDOR ES AQUEL QUE SE ACUERDA DEL PUEBLO EN HORAS DE ELECCIONES Y LUEGO MIRA HACIA OTRO LADO.
Hasta la próxima.
Frater Perdurabo
NdelaR: A partir de esta edición, comenzamos con esta Columna “Vox Pópuli” a cargo de Frater Perdurabo, a quien le damos la bienvenida a nuestro medio.