El sol que en otros tiempos, hizo brillar la sonrisa gardeliana del gran perdedor, destila rayos cada vez más débiles que anuncian el ocaso del régimen que durante más de tres décadas contó con el respaldo de miles de sanluiseños. Esos mismos miles que advertían que las cosas no iban por buen camino.
La hipótesis de la derrota electoral por parte de los hermanos Rodríguez Saá debió ser tenida en cuenta como una posibilidad, con solo observar la realidad, pero el árbol les tapó el bosque. No quisieron creer que ya en 2015, una silenciosa mayoría les marcó la diferencia. Fueron las 150 mil personas que todo San Luis votaron a Claudio Poggi por encima de las 100 mil que en ese momento lo hicieron por Adolfo Rodríguez Saá, aun cuando ambos compartían la boleta, en donde también estaba incluido el hermano Alberto.
Creyeron que la salida de Poggi del PJ era una movida teñida de ambiciones individualistas. Obstruyeron en todo cuanto pudieron para que Avanzar no pudiera constituirse como partido político. Sin embargo, sucedió todo lo contrario. La que para ellos era una ambición individual, fue la herramienta político electoral más útil que haya tenido la historia reciente de la provincia. Desde Avanzar, pero fundamentalmente desde la figura de Poggi, se constituyó el frente político que canalizó la voluntad popular e inició la puesta del sol en el horizonte de la dinastía.
Hacía muchos años que peronistas, radicales, socialistas y liberales no se encontraban aliados. Había sucedido en Villa Mercedes en 2001 luego de la caída del oficialista Walter Aguilar como intendente municipal. La fórmula opositora de entonces, no alcanzó a ganar por las maniobras cómplices de un grupo de dirigentes de la UCR que jugó a favor del oficialismo. Coincidentemente, en 2017 el mismo grupo pretendió repetir la experiencia, pero esta vez la sabiduría popular y los claros liderazgos políticos abortaron la jugada. Se constituyó el gran frente provincial y se consolidó con el masivo respaldo popular.
En todas las provincias, el 13 de agosto, unos celebraron sobre otros: Carrió sobre Filmus; Baldassi sobre Schiaretti; Rossi sobre Albord Cantard, por nombrar solo los casos de Capital Federal, Córdoba y Santa Fe. Porque si bien fueron elecciones primarias, quedó de manifiesto cuáles son las preferencias del electorado. Esto, que es una verdad revelada en toda la Argentina, en San Luis, insólitamente pretende soslayarse como que no hubo competencia. Que Poggi no le ganó a Rodríguez Saá. Una nueva mentira, propia de la vulnerabilidad que tiene la estructura rodriguezsaaísta.
Vulnerabilidad por la que se cuelan los más bizarros audios con conocidas e inconfundibles voces de sus principales gestores, convocando con irracionalidad manifiesta a “una limpieza de traidores”. Otros ignotos que cumpliendo órdenes, piden listas de traidores, alientan persecuciones, buscan culpables. Iniciaron la caza de brujas.
Decisiones políticas desacertadas en la conformación del Frente oficialista quisieron hacer creer un cambio que nunca fue cierto y de repente vimos al neoliberal-conservador Adolfo disertar en los estrados del Partido Comunista. A reconocidos peronistas anti Saá transformarse en fanáticos Saaístas. A un gobernador adicto a las fuerzas armadas sediciosas a cuyos jefes se dirigía por carta, transformarse en revolucionario militante de Luis Delía o admirador de Nicolás Maduro. Toda una catarata de mentiras que, para sorpresa de sus gestores, no pasó desapercibida para la mayoría de los sanluiseños.
Sonia es una de las destinatarias de los audios que Adolfo Rodríguez Saá envió desde Estados Unidos, prometiendo limpieza de traidores. Tendrá que proveerse de cientos de miles de estropajos, porque a este ritmo `los traidores´ cada día somos más.