San Luis (LaNoticia) 04-07-17. Retomó la posesión de su campo La Camila del cual fue despojado arbitraria y salvajemente por el Gobierno de Rodríguez Saá con la complicidad de la justicia local.
Mario Escudero comenzó una dura lucha contra el gran poder de Alberto Rodríguez Saá, quien se había empecinado en que Estancia Grande fuera un lugar `exclusivo´ y por ello emprendió expropiaciones compulsivas e ilegales contra ciudadanos de Estancia Grande que no daban el `perfil´ para su proyecto.
Contra lo que dice la Constitución, Rodríguez Saá expropió esas tierras a sus verdaderos dueños por Decreto y no por Ley. Es que necesitaba demostrar la utilidad pública para llevar adelante su proyecto, pero esto era imposible de hacer.
Escudero recurrió permanentemente al Poder Judicial de San Luis para defender sus derechos privados y constitucionales, y encontró una sola juez que intentó hacer las cosas conforme a Derecho, pero tuvo que renunciar ante las amenazas de juicio político que llovieron sobre ella debido a que no obedecía ciegamente lo que el Gobierno le pedía. Se trata de Alicia Beatriz Rodríguez, titular -por ese entonces- del Juzgado Civil Nº 2. Todos los jueces que pasaron por el expediente, entre ellos Agustín Ruta y Eduardo Rodolfo Giménez -actual titular de ese Juzgado-, sistemáticamente fallaron contra los Escuderos y contra la Constitución, obviamente sin siquiera ponerse colorados.
El expediente está desde hace años, sin moverse por supuesto, en el despacho de Giménez con una orden directa del Superior Tribunal para que falle conforme a derecho –clic acá para ver archivo– y como Giménez no tiene intención de fallar a favor de los Escudero, es que don Mario se cansó y decidió volver a tomar posesión de La Emilia sin esperar más a la (In)Justicia de San Luis.
¿Por qué volvió don Mario?
Para saber los motivos por los cuáles Mario Escudero volvió a su campo, estuvimos allí mismo y nos señaló que “porque me cansé de creer en la Justicia, y eso que yo creía firmemente, pero ya me cansé”.
Mario sigue teniendo una hablar pausado y firme, y pareciera que necesita recordar permanentemente por lo que pasó él y su familia, en aquellos años, también bajo gobierno de Alberto Rodríguez Saá, cuando intentaron sacarlos por la fuerza -y luego de un tiempo lo lograron- de su campo “como si fuéramos narcotraficantes y éramos nosotros con mi hija y mis nietas”.
Mario Escudero todavía tiene las esperanzas de que Rodríguez Saá lo deje en paz en su campo y que cumplan con lo firmado en Fiscalía de Estado -en pleno conflicto- de que le iban a construir nuevamente su casita para vivir tranquilamente criando sus animalitos para su sustento diario.
Hace un poco más de un año, don Mario Escudero les escribió una carta a los integrantes del Superior Tribunal de Justicia –clic acá para ver archivo-, la que seguramente tuvo como destino un papelero porque nunca fue respondida.
En contexto
El 16 de octubre 2009, el gobernador Alberto Rodríguez Saá firmó el Decreto 3.083/09 que ordenaba la expropiación de 222 hectáreas y 6.333 metros de terrenos ubicados en El Durazno, Departamento Pringles, Municipio de Estancia Grande.
Los terrenos serían destinados, según el Decreto expropiador, “al emplazamiento de un Centro Cívico, una escuela pública, un centro de salud”, de los cuáles solamente se construyó el Centro Cívico -hoy denominado Casco Urbano- en uno de los terrenos, una especie de centro comercial de arquitectura extranjera y en el terreno expropiado a los Escudero, nada, absolutamente no se ha construido nada. Allí se dijo que se iba a construir un hotel de muchas estrellas, después que iba a construirse una especie de universidad ecologista, pero la realidad le ganó a la ficción y los yuyos ganan el paisaje en el campo de los Escudero.
Desde marzo de 2010, mes en que la entonces juez Civil Nº 2, Alicia Beatriz Rodríguez, ordena el desalojo compulsivo de los Escudero y otros vecinos que resistían con aguante de la gente el atropello gubernamental, la familia Escudero comenzó una larga lucha en defensa de su propiedad privada. Presentaron escritos y más escritos ante Rodríguez, presentaron testigos que legitimaban su propiedad sobre el campo y fue la propia Rodríguez quien comenzó a desandar judicialmente las expropiaciones a punto tal que despertó el enojo del poder político local que terminó echándola del Juzgado. Con Rodríguez fuera del Poder Judicial, los jueces subrogantes que tuvieron el expediente en sus manos no dudaron en ordenar una y otra vez, de manera sistemática el desalojo de los Escudero de su campo.
Durante más de un año, los Escudero resistieron -junto a vecinos, amigos, militantes sociales, políticos- el desalojo, el que finalmente llegó y de la manera más despiadada, puesto que en horas de la madrugada policías de grupos especiales los sacaron a fuerza bruta, a los palos, incluso sin respetar a los nietos de don Mario, todos menores de edad.
Carlos Rubén Capella
lanoticiaensl@gmail.com