«Lo que pasó es que en ningún momento hubo ánimo de negociar ni una búsqueda de resolver nada», señaló el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Martín Ocampo, respecto del megaoperativo que la Policía de la Ciudad desplegó el miércoles pasado para reprimir una protesta de organizaciones que integran el Frente por Trabajo y Dignidad Milagro Sala. En ese marco, afirmó Ocampo que «detrás (de la protesta) no había ningún tipo de negociación posible o vía de diálogo» por lo que «se intervino con la policía».
La del ministro Ocampo es una versión de los hechos que va en sintonía con la de Horacio Rodríguez Larreta, Jefe de gobierno porteño, quien avaló la represión en la que los efectivos detuvieron a ocho manifestantes (entre ellos menores) y e hirieron de gravedad a por lo menos cuatro personas con estas palabras: “No querían dialogar, querían generar una situación de caos. No había un reclamo claro”. “Nunca nos quedó claro qué estaban pidiendo, por eso también nos dimos cuenta que no había una voluntad concreta de resolver la situación”, lo siguió Carolina Stanley, ministra de Desarrollo Social de la Nación, sobre la protesta que le reclamaba a su cartera que se vuelva a emplear a 40 mil cooperativistas bonaerenses que quedaron desempleados en el último año y medio.
Las expresiones de Ocampo no se apartan de la línea que el gobierno mantuvo para justificar la represión: que los manifestantes estaban interrumpiendo la circulación del Metrobus y que agredieron con cascotes a las fuerzas policiales. Sin embargo, tanto los relatos de quienes estuvieron allí como un video donde se registran los hechos muestran otra cosa: que los reprimieron a pesar de que habían negociado los términos de la manifestación. Los referentes del Frente por el Trabajo y la Dignidad Milagro Sala habían aceptado despejar las vías y emprendían la retirada cuando las tropas de infantería y los camiones hidrantes avanzaron sobre los manifestantes.
Ocampo continuó elogiando el accionar policial señalando que la Ciudad cuenta con «policía preparada» para actuar ante los piquetes, que en el «80 por ciento» encabezan «organizaciones políticas». «Es lamentable que en democracia todavía hay gente que piense que con violencia puede reclamar y posicionar. Encapuchados, quemando gomas y con palos, ese no es el camino que los argentinos elegimos para convivir», se quejó el funcionario. Y lanzó una advertencia: habrá «intervención policial» en las protestas que tengan como principal objetivo generar «violencia» como el piquete del miércoles.