San Luis (LaNoticia) 26-06-17. El caso tomó notoriedad cuando el gobernador Rodríguez Saá ´pidió´ la libertad de la mujer mientras estaba procesada.
El hecho ocurrió en la Villa de Merlo, cuando un joven matrimonio de origen boliviano fue procesado por el asesinato de su pequeña bebé. En un principio la pareja denunció ante la Policía que su bebé había sido secuestrada por desconocidos, y luego de que los investigadores tomaran reiteradas declaraciones a ambos integrantes de la pareja, la mujer se quebró y confesó el asesinato, pero haciendo único responsable del mismo a su pareja.
En los tribunales de Concarán comenzó el proceso judicial, y la justicia penal de primera instancia procesó a ambos por homicidio agravado por el vínculo y dictó la prisión preventiva tanto al hombre como a la mujer.
Cuando el gobernador Alberto Rodríguez Saá se enteró del caso, ´instruyó´ -con lo que eso implica- a la Secretaría de la Mujer a que tomara cartas en el asunto, y debido a la participación de Rodríguez Saá, la ´justicia independiente (¿?)´ de Concarán dispuso la inmediata libertad de la mujer a la espera del juicio oral y público. Ahora, en el juicio oral y público, esa misma ´justicia independiente (¿?)´, absolvió a la mujer y condenó al hombre a prisión perpetua.
¿Los motivos?
La decisión se tomó teniendo en cuenta que había violencia de género en la pareja por parte del hombre y que la mujer era totalmente sumisa y temerosa de su marido. La gran pregunta sería ¿Hasta dónde la violencia de género puede llevar a una mujer a ocultar el asesinato de su propia hija?
Pero la cosa es más grave si se la analiza desde lo jurídico, porque en primera instancia hubo un fiscal y un juez que coincidieron en que la mujer fue, por lo menos, partícipe necesario en el homicidio, lo que llevó al juez a dictar el procesamiento con prisión preventiva para ambos. Acá la gran pregunta sería ¿Ninguno de los dos ´vio´ en ese estadio del proceso lo que después vio el gobernador? Ahora, supongamos por un momento que tanto fiscal como juez le ´pifiaron´ tan groseramente en sus dictamen y fallo -respectivamente- ¿No deberían enfrentar un Jury?
Y por sobre todas las grandes preguntas que puedan flotar en el ambiente, está la mayor de todas ¿Este caso no demuestra palmariamente la gran dependencia que tiene la justicia de San Luis del poder político de los hermanos Rodríguez Saá?
Carlos Rubén Capella
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