El presidente Macri hizo una visita relámpago a la ciudad de Rosario para encabezar los festejos por el Día de la Bandera que, a diferencia de años anteriores, se limitó a un acto protocolar sin el tradicional desfile.
La zona del Monumento a la Bandera amaneció bajo un fuerte operativo de seguridad que custodió celosamente el ingreso al predio habilitado solamente a funcionarios nacionales y locales y a la prensa acreditada. Dos escuelas que no eran de la ciudad y tres batallones en representación de las distintas armas que juraron lealtad a la Bandera fue el modesto marco del evento.
En su discurso, Macri, quien llegó acompañado de Juliana Awada, ratificó las medidas de gobierno y afirmó que «estamos haciendo lo que hay que hacer y los primeros resultados comienzan a asomar».
Según Macri, «el país ha comenzado a crecer» y se han recuperado los puestos de trabajo «que hemos perdido el último año».
«Cada día se generan nuevas oportunidades», sostuvo Macri, pese a que el último informe del INDEC marcó que en el primer trimestre del 2017 la desocupación aumentó a 9.2 puntos mientras que en el Gran Rosario la tasa es aún mayor, alcanzando el 10.3 por ciento.
Macri anunció que la economía volvió a crecer y se están recuperando los puestos d etrabajo perdidos, contradiciendo el último informe del Indec que marcó una suba «significativa» de la desocupación en el primer trimestre.
Macri también destacó que «hemos bajado la inflación y va a ser la mas baja desde el 2009» aunque reconoció que «hay mucha gente que no percibe este camino de mejoras».
«Les digo a ellos que estos resultados positivos nos tienen que servir para renovarnos en nuestras esperanzas», agregó.
Menos felices fueron las palabras que Macri utilizó para referirse al legado de Belgrano en cuestiones de género cuando subrayó que «él creyó que la mujer tenía que tener un rol relevante en el mundo del trabajo, no sólo como tejedoras e hilanderas, también en los cultivos», lo que generó miradas de asombro en el palco oficial.
Previo al discurso de Macri, el gobernador Miguel Lifschitz apuntó a la polémica que se instaló en la ciudad al conocerse la modalidad escueta del acto y tras hacer un breve repaso histórico, dijo que «hoy, el 20 de Junio, tenemos este desafío de volver a resignificar las fiestas patrias como una fiesta de todos los argentinos, como un lugar de encuentro».
A su vez, a la hora de resaltar cualidades de Manuel Belgrano, Lifschitz afirmó con sutileza que «el legado mas importante, de mayor actualidad, tiene que ver con la ética pública, esa transparencia que caracterizó toda su vida pública».
Para concluir, el socialista criticó la teoría del derrame al afirmar que «a veces pensamos que si a la Nación le va bien eso derrama a las provincias pero a veces podemos pensarlo a la inversa, que si a todas las provincias les va bien, a la nación le va a ir bien. Nos necesitamos unos a otros, construir un gran proyecto que nos incluya a todos.
Los ex combatientes molestos por el formato reducido del acto por el Día de la Bandera.
Quienes manifestaron visiblemente su disconformidad con el nuevo formato acotado del acto fueron los ex combatientes de Malvinas quienes se retiraron del predio luego de entonar el Himno. «La próxima vez este acto se puede hacer dentro de la Sala de las Banderas», afirmó el presidente de la Confederación Nacional de Ex combatientes, Rubén Rada.
«Organizaron un acto cerrado y el pueblo está lejos» argumentó Rada quien recordó que «nos ganamos el derecho a hablar, no digo que tengo razón, pero sí a hablar porque hemos defendido la bandera, no nos merecíamos esto», agregó Rada.