Bashar Al-Assad, aseguró que su Gobierno no posee armas químicas y enfatizó que su país ha extendido una invitación a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) para que investigue lo sucedido el pasado 7 de abril en la provincia de Idlib.
«Los terroristas, durante años han empleado sustancias químicas, por lo que habíamos pedido a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) el envío de comisiones especializadas para investigar lo que ocurría, pero en cada ocasión EE.UU. obstaculizaba las investigaciones y obstaculizaba el envío de las comisiones para realizar dichas investigaciones», explicó.
Manifestó que su país continúa insistiendo e intentado, junto a sus aliados rusos e iraníes, para que la OPAQ envíe un equipo con el fin de investigar lo ocurrido, ya que a su juicio, EE.UU. llevará a cabo o podría repetir en un futuro la misma «pantomima o farsa a través de la fabricación del uso de armas químicas».
En referencia a los señalamientos del Pentágono sobre la afirmación de «posesión de armas químicas» bajo su Gobierno, Al-Assad expresó: «dicen algo y hacen otra cosa, por esa razón no hay que creer lo que dice el Pentágono, pues ellos dicen cosas que sirven a sus políticas, no las cosas que reflejan la realidad y los hechos sobre el terreno».
Trump y la política exterior actual
En respuesta a cómo definiría la política actual del presidente estadounidense, particularmente en Siria, Al-Assad aseguró que no existen políticas de un presidente de EE.UU., sino que existen políticas de las instituciones estadounidenses que gobiernan el sistema norteamericano.
«La Agencia Central de Inteligencia (CIA, por su sigla en inglés), el Pentágono, las grandes corporaciones, las compañías de armamento y petroleras, y las grandes instituciones financieras, además de algunos lobbies que influyen en la decisión estadounidense», enfatizó el mandatario.
Argumentó que la figura del presidente solo implementa esas políticas, y prueba de ello es cuando Trump intentó tomar un curso diferente durante su campaña electoral y luego, no pudo hacerlo.
El estado actual de Siria
Apuntó que lo más doloroso en cualquier guerra son las pérdidas humanas, «el sufrimiento que padece una familia al perder a uno de sus miembros, toda la familia se sentirá afectada de por vida. Esto es algo natural en una región como la nuestra, donde los lazos familiares son muy fuertes y unidos».
La vida para los sirios ha sido dura, asevera el mandatario «ha afectado a cada ciudadano sirio, los terroristas destruyeron la infraestructura, la corriente eléctrica».
En algunas zonas, el servicio eléctrico solo llega por una o dos horas probablemente, y en otras zonas no tiene electricidad en absoluto. Hay zonas en donde la corriente eléctrica no llega desde hace dos o tres años. Los niños no van a las escuelas, viven en la prehistoria por culpa de los terroristas. «La vida ha sido enormemente difícil», dijo Al-Assad.
América Latina y Venezuela
En respuesta a la pregunta de cómo ve a su juicio la situación en América Latina, particularmente en Venezuela donde comenzaron a surgir acciones muy similares a los que desataron el conflicto en Siria, Al-Assad aseguró que es normal que haya una similitud ya que es el mismo plan, y el ejecutor sería EE.UU.
«Suramérica en general y Venezuela en particular, habían constituido el patio trasero de EE.UU. durante décadas pasadas, el patio del cual los países occidentales y sobre todo Norteamérica o EE.UU. lograban sus intereses económicos a través de la influencia de las grandes trasnacionales dentro de nuestros países».
Comentó que al principio decían que las marchas en Siria eran pacíficas, pero al ver que no se propagaron las marchas o las protestas pacíficas, infiltraron en ellas a sujetos para disparar contra ambas partes, contra la policía y los protestantes, lo que produjo muertos, y empezaron a decir que el Gobierno mataba al pueblo. Es el mismo escenario que se repite en cada parte.
Como mensaje final para América Latina y el mundo, Bashar Al-Assad expresó: «preservar nuestra independencia. En nuestra región árabe celebramos la independencia en más de un país. Pero esta independencia significó para algunos países de nuestra región, solamente la salida de las fuerzas de la ocupación».