Rusia y China vetaron este martes ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la resolución que tenía como objetivo culpar al Gobierno de Siria del supuesto uso de armas químicas y sancionar al país sin pruebas de haber cometido ese crimen.
Además de Rusia y China, Bolivia también votó en contra de la propuesta impulsada inicialmente por Francia, el Reino Unido y posteriormente por EE.UU., que contó con el apoyo de Italia, Japón, Senegal, Suecia, Ucrania y Uruguay.
Por su parte, los representantes de Egipto, Etiopía y Kazajistán se abstuvieron a votar.
El vicembajador ruso ante la ONU, Vladímir Safrónkov, aseveró que la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU contra Siria tenía como objetivo «responsabilizar al Gobierno de Asad por el uso de armas químicas, creando así unas condiciones adicionales para cambiar del poder en Damasco».
«La obsesión por este proyecto geopolítico todavía obstaculiza pensar claramente y tomar decisiones equilibradas para lograr la solución política no solo en Siria, sino también en otros numerosos focos de tensión en Oriente Próximo», dijo.
Es la séptima ocasión en los últimos cinco años que Rusia veta una resolución contra Siria en el Consejo de Seguridad a raíz del conflicto armado que estalló en ese país en 2011.
Las sanciones estaban dirigidas contra 11 representantes del alto mando del Ejército Sirio y diez del Gobierno por su supuesta vinculación con ataques químicos contra civiles en 2014 y 2015, señalados en una investigación conjunta entre la ONU y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). Sin embargo, el Gobierno sirio reclamó la falta de pruebas para respaldar esas acusaciones.
El Gobierno de Siria se enfrenta desde 2011 a una oposición armada (compuesta por mercenarios) y grupos terroristas como el autodenominado Estado Islámico (Daesh en árabe), que son apoyados económicamente por potencias occidentales para derrocar al mandatario sirio Bashar al Assad, electo mediante el voto directo.
Hasta ahora, el conflicto sirio ha cobrado la vida de al menos 300 mil personas y ha desplazado a más de cinco millones.