La víctima le preguntó al policía por qué le disparó y este solo contestó que no sabía por qué lo hizo.
Estados Unidos es nuevamente testigo de la violencia policial en contra de un afroamericano desarmado. Esta ocasión un miembro de la Policía de Miami, del Estado de Florida, le disparó a un hombre de color que se encontraba tirado en el piso, boca arriba y con las manos en alto. Así lo muestra un video que registró los hechos.
El pasado lunes la Policía se presentó en el lugar del incidente, luego de que se registrada una llamada en la que se denunciaba a un hombre que estaba armado en la calle y amenazaba con suicidarse. Sin embargo, cuando los agentes llegaron presenciaron como Charles Kinsey, un terapeuta del comportamiento de 47 años, trataba de ayudar a su paciente autista que se había escapado y se encontraba confuso.
En el video se evidencia como Kinsey trataba de explicarle la situación al oficial: «Solo tiene un camión de juguete en la mano, un camión de juguete. Soy un terapeuta de la conducta de un hogar grupal», indicaba mientras trataba de calmar a su paciente.
Al cabo de varios minutos, uno de los policías abrió fuego en contra de Kinsey, quien se quedó tan sorprendido que preguntó: «Señor, ¿Por qué me ha disparado?». En el video quedó registrado la respuesta del oficial: «No lo sé», contestó, y posteriormente, pasó a esposar al herido.
Kinsey se está recuperando en un hospital local de los tres balazos que recibió en una de sus piernas. Hasta el momento, la Policía no ha revelado el nombre o la etnia del oficial que empleó su arma, pero se conoce que la fiscalía está investigando el caso y el oficial involucrado está bajo licencia administrativa.
En contexto
Hay diferentes casos de afroamericanos muertos en circunstancias dudosas a manos de la Policía estadounidense. Mike Brown murió en 2014 luego de recibir seis disparos en un forcejeo con la policía en Ferguson, Missouri. Eric Garner, murió ese mismo año, asfixiado por un policía que intentaba controlarlo luego de un altercado en Nueva York.
En 2015, McDole, un afroamericano discapacitado en silla de rueda, falleció tras recibir 12 disparos por parte efectivos policiales en la ciudad de Wilmington, en Delaware. Ese mismo año, Freddie Gray murió en Baltimore a causa de lesiones que recibió durante su arresto.
Este año, Deravis Caine Rogers murió de un disparo en la cabeza en Atlanta; Alton Sterling lo hizo por múltiples impactos de balas que la policía le propinó cuando este se encontraba tirado en el suelo. Philando Castile fue asesinado en Minesota porque un policía perdió los nervios cuando Castile le informó que tenía permiso para portar arma.
Según la organización Mapping Police Violence, que monitorea hechos de violencia policial y recopila estadísticas, sólo en 2015, 102 afroamericanos desarmados murieron por la policía, una cifra que supera en cinco veces la cantidad de muertos de piel blanca.