El líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), Rodrigo Londoño Echeverri, conocido como Timoleón Timochenko, aseguró que el incidente entre la insurgencia y el Ejército colombiano en La Uribe, Departamento del Meta, el pasado 8 de julio, se debió a un error de ambas partes.
En declaración es al canal NC Noticias, Timochenko aseveró que el enfrentamiento en el Meta se debió a un error humano, pero que no fue exclusivo de las FARC-EP.
«Cómo es que ahora salen a decir públicamente que el error es exclusivo de las FARC. Vuelvo y repito, sí hubo un error humano, los seres humanos nos equivocamos. El compañero que trazó el cuadrante lo trazó por fuera del sitio donde iban a ser recogidos los compañeros», resaltó.
Timochenko aseveró que pese al incidente el proceso de paz sigue. «Es un hecho de los tantos que se nos van a dar y tenemos que estar en disposición de afrontarlos; pero de manera conjunta y aceptando los racionamientos del uno y del otro».
Por su parte, el jefe negociador de las FARC-EP, Iván Márquez, publicó en Twitter que los miembros del grupo insurgente que formaban parte de la comitiva llevaban una bandera blanca. Además, atribuyó el enfrentamiento a un «ataque con certeza» de parte del Ejército colombiano.
Gobierno colombiano culpa a las FARC-EP
El jefe del equipo negociador del Gobierno colombiano en el proceso de paz, Humberto de La Calle, señaló que el incidente entre las FARC–EP y el Ejército de Colombia en el Departamento del Meta se debió a un error del grupo insurgente.
“Hubo un error de las FARC en la entrega de las coordenadas. La comitiva que iba a ser recogida se ubicó en una zona diferente a la prevista, allí es donde se presentó el incidente”. Informó de La Calle.
Esta violación de la tregua bilateral pone en peligro el acuerdo final de paz, luego de que el 23 de junio se firmara en La Habana, Cuba, el pacto para poner fin de manera definitiva a las hostilidades entre ambas partes.
Pero el cese de fuego no solo implica el silenciamiento de los fusiles. También implica que se pondrá fin a la costumbre de ejercer la violencia como un medio para hacer lucha política.
Se estima que por el conflicto unas 220 mil personas han muerto y más de seis millones han sido desplazadas por la violencia.